Tradúcelos para que sean comprensibles para los adolescentes

Haz que el lenguaje de los mandamientos sea relevante. Enseñarle la Biblia a los jóvenes utilizando palabras poco familiares para ellos es imposible. Requiere que aprendan el vocabulario, así como el contenido de la Biblia. Aunque no es conveniente modificar el significado de las escrituras, traducir las palabras mientras que mantienen su significado es posible y benéfico. Por ejemplo, en lugar de enseñar "no codiciarás", enséñale a tus estudiantes a "ser felices con lo que tienen". Esta traducción mantiene el significado del mandamiento al mismo tiempo que lo hace más comprensible para los adolescentes.

Grupos de discusión

Permítele a tus estudiantes discutir la relevancia de los mandamientos. Los adolescentes no reaccionan bien cuando se les habla con condescendencia o cuando se le prohíbe hacer preguntas. En este punto de sus vidas, es saludable que los jóvenes se cuestionen cosas. En lugar de tratar de detener esto, escucha sus preguntas y guíalos para que entiendan tus puntos de vista. Haz preguntas que fomenten el diálogo saludable. Por ejemplo, con el primer mandamiento, pregúntales qué creen que signifique el "adorar a otros dioses". ¿Cuáles son algunos ejemplos de dioses modernos? Después de que compartan sus opiniones, puedes ofrecerles tu perspectiva en una forma que no censure sus pensamientos, sino que les de cierta dirección.

Ve películas que ilustren los mandamientos

Ve y discute películas que ilustren los mandamientos. Ver una película es riesgoso, pero también puede ser gratificante. Siempre analiza la película antes de que se la muestres a los adolescentes; si la película es deficiente, la discusión sobre ésta también lo será, pero una película de calidad puede servir como base para una discusión saludable. Los jóvenes son más visuales que los adultos, por lo que ver una película y discutirla puede resultar más relevante que leer un libro.

Utiliza escenarios de casos como ejemplos

Crea casos ficticios que ilustren el tema que busques enseñar. Estos diferentes escenarios de casos sirven para fomentar el diálogo, ya que los adolescentes se sienten más cómodos hablando sobre otras personas que sobre sí mismos. Un buen caso es el que ilustra una situación en la que un mandamiento tiene relación con la vida real. Esta actividad es muy efectiva si tienes un grupo más maduro.