3 pasos del proceso de toma de decisiones éticas

Las decisiones éticas implican acatar las reglas.

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Globalmente, la toma de decisiones éticas implica seguir un conjunto de pautas que respaldan ideas aceptadas sobre la conducta apropiada en el lugar de trabajo. Estas pautas incluyen estatutos relacionados con un tipo de comportamiento que promueve la adherencia al autocontrol y la transparencia o vigilancia contra quienes sobornan o hacen tratos secretos, etcétera. Para practicar y comprender la toma de decisiones éticas, los profesionales deben entender primero los tres pasos o etapas del proceso, específicamente, el reconocimiento moral, la evaluación moral y la intención moral.

Historia

Siendo estudiante doctoral de la facultad de negocios de Harvard en 1961, Raymond C. Baumhart llevó a cabo un estudio que se centró en la pregunta: "¿Cuán éticos son los hombres de negocios?". Desde 1961, el aumento de la globalización y el aumento simultáneo de los conflictos que enfrentan las empresas multinacionales ha llevado a que exista un mayor interés en la investigación de la ética empresarial. Anteriormente, la ética empresarial era tema de manuales. Sin embargo, luego de la creciente tasa de problemáticas morales y éticas, la investigación de la ética empresarial ha captado el interés de los sectores públicos y privados. Una de las contribuciones más famosas respecto a la toma de decisiones éticas fue hecha por el ex profesor del Departamento de Psicología Educativa de la Universidad de Minnesota, James Rest. En 1982, Rest propuso un modelo para el proceso de toma de decisiones éticas que refleja los procesos psicológicos de los individuos para generar un comportamiento ético o no ético.

Reconocimiento moral

James Rest propuso que la toma de decisiones éticas comienza con el reconocimiento moral. Esto implica que los individuos identifiquen que cierta situación comprende una problemática ética. En segundo lugar, el reconocimiento moral guía a quienes toman decisiones a interpretar o percibir situaciones en relación a la magnitud de las consecuencias. Por último, el reconocimiento moral se basa en el peso y la intensidad de los valores morales involucrados en la decisión.

Evaluación moral

Luego de identificar situaciones que comprenden problemáticas éticas, el segundo paso en la toma de decisiones implica la evaluación de las consecuencias inherentes de cada curso de acción posible. Dependiendo del trasfondo de cada persona (por ejemplo cultural, socio-económico, educativo, etcétera), los factores que influyen en la decisión de cuál es el curso de acción moralmente correcto difieren. Por ejemplo, las personas que piensan en términos más utilitarios de seguro relacionarán el análisis con las ramificaciones de la decisión. Por otro lado, es más probable que los deontológicos relacionen su análisis con las normas y reglas relevantes.

Intención y acción moral

La intención moral es priorizar los valores morales por sobre los demás valores personales. Durante esta etapa, los individuos eligen los valores éticos que finalmente determinarán la acción. Existen estudios extensos que indican que la tasa de comportamiento moral es más elevada en circunstancias donde existe una mayor magnitud de consecuencias por los comportamientos no éticos. Durante el transcurso del proceso de toma de decisiones éticas, los individuos deberían guiar su comportamiento e intenciones por lo que se determina como moralmente correcto.

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