Absceso canino

Absceso canino se refiere a un saco localizado lleno de pus o a un bulto.

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Absceso canino es un término usado para describir un saco localizado lleno de pus o un bulto, a menudo rodeado de tejido inflamado. Los abscesos caninos pueden ocurrir por varias razones, y por lo general no se consideran emergencias.

Sin embargo, deben ser tratados de inmediato para evitar el riesgo de nuevas infecciones o complicaciones.

Síntomas

Un absceso canino suele estar marcado por el dolor y la hinchazón de la zona afectada. Comúnmente, la zona también se pone roja y caliente al tacto. También puede haber un poco de flujo y falta de pelaje en la zona del absceso.

Causas

Los abscesos caninos pueden aparecer por muchas razones. Algunas de las causas más comunes incluyen la exposición a las bacterias, un material extraño en la zona o parásitos. Los abscesos también pueden desarrollarse después de un trauma donde la piel se infecta, causando la formación del absceso.

Tratamiento

El tratamiento para un absceso canino debe ser realizado por un veterinario. Si el absceso no se rompe por sí solo, un veterinario sedará al perro y cortará el área, permitiendo que el pus drene. Una vez que el absceso se rompa y la mayor parte del pus haya drenado, se utiliza un desinfectante para limpiar a fondo la herida por si aún queda pus. Se pueden prescribir antibióticos para prevenir una posible infección o curar cualquier infección que ya se esté presente.

Cuidado en el hogar

Una vez que un veterinario haya tratado un absceso, puede que sea necesario continuar el tratamiento en el hogar como la herida se cura. El cuidado en el hogar de un absceso canino puede incluir la aplicación de una compresa caliente sobre la herida varias veces al día durante cinco a 10 minutos por cada aplicación. El veterinario puede recomendar que el perro lleve un collar isabelino, mientras la herida sana. Este tipo de collar evita que el perro pueda lamer o morder la herida.

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