Step 1

Vigila los cambios de comportamiento de tu perra. Las perras pueden aullar o llorar cuando sienten los dolores del parto. Este es un signo evidente de que está en trabajo de parto, pero no todas las perras hacen ruido cuando están en esta etapa. Vigílala de cerca y asegúrate de que esté cómoda. Anota cuándo notaste los primeros cambios de comportamiento.

Step 2

Ofrécele agua y comida. Muchas perras pierden el apetito antes y durante el trabajo de parto. Esto no es así para todas, así que debes buscar otros signos de que ya comenzó el trabajo de parto.

Step 3

Chequea la vulva de la perra para ver si hay descargas. Cuando comienza el trabajo de parto, esta zona se inflama y se vuelve roja. Unas pocas horas antes de que expulse el primer cachorro se pueden ver descargas blancas o grisáceas. Anota en qué momento ocurre esto para poder monitorizar el progreso del parto una vez que comienza. Esto te permitirá advertir cualquier posible problema. Llama al veterinario si tu perra está teniendo grandes dificultades o si el trabajo de parto lleva más de 24 horas.

Step 4

Vigila si tu perra presenta signos de fatiga. Antes y durante el trabajo de parto puede perder energía y comenzar a anidar en su cama.

Step 5

Tómale la temperatura. La temperatura de la perra comienza a disminuir a medida que progresa el parto hasta llegar a 98° F (36,6° C). Según el American Kennel Club, la temperatura normal de un perro está entre 101 y 102,5° F (38,3 y 39,1° C). Si tu perra tiene la temperatura normal, no está en trabajo de parto. Pídele a alguien que sujete a la perra mientras le tomas la temperatura. Coloca 1 cucharadita de vaselina en un termómetro rectal canino e inserta el bulbo aproximadamente 1 pulgada (2,54 cm) dentro del ano. Sostén el termómetro en el lugar durante tres minutos y retíralo cuidadosamente.