¿Deberías meditar o hacer ejercicio primero?

Escrito por Amy Pellegrini ; May 10, 2017
Jupiterimages/Creatas/Getty Images

El ejercicio y la meditación ayudan a promover la salud en todos los niveles, incluyendo tu bienestar físico, psicológico y emocional. Es importante participar en actividades moderadas y regulares para mantener la vitalidad en general, controlar el peso y mantener los niveles de estrés bajo. Si bien ambos son importantes, practicarlos uno tras otro puede tener ciertos efectos en la forma en que eres capaz de realizaros. Antes de evaluar si quieres hacer ejercicio o meditar en primer lugar, es esencial para comprender los beneficios y los factores asociados a cada práctica.

Efectos del ejercicio

Una combinación adecuada de ejercicio y la nutrición ayuda a la pérdida de grasa y aumentar la fuerza muscular y la energía. Un cuerpo funcionando a su máxima eficiencia contribuye al aumento de los niveles de energía, por lo que puedes sentirte energizado y feliz incluso horas después de haberte ejercitado. Esto se debe principalmente a la liberación de endorfinas, opiáceos en las glándulas pituitarias que bloquean el dolor, disminuyen el apetito, promueven sentimientos de euforia y reducir la tensión y la ansiedad. Según Lift for Life, el nivel de endorfinas en la sangre puede aumentar hasta cinco veces mas que los niveles de reposo durante 30 minutos o más de ejercicio aeróbico. Con el tiempo, te vuelves más sensibles a estas endorfinas, por lo que cuando se producen se quedan en la sangre durante un período de tiempo más largo

Efectos de la meditación

Mientras que el ejercicio tiende a promover la energía a través de la liberación de endorfinas, regularmente la meditación es típicamente practicada para promover la relajación. De acuerdo con Project Meditation, el área del cerebro que siente los mayores efectos de la meditación está asociada con la felicidad. Además, otros estudios muestran que la meditación ayuda a relajar la mente y el cuerpo, liberar el estrés urbano y promover sentimientos de paz y bienestar. En vez de agotar el cuerpo a través de la actividad aeróbica, la meditación utiliza ejercicios de respiración y de la mente enfocados a tener por objeto la reducción de la frecuencia cardiaca, la respiración y otros signos de estrés. La actividad física rigurosa activará la liberación de endorfinas, mientras que la meditación reduce el cortisol, una sustancia química relacionada con el estrés y el comer en exceso.

Recomendaciones

Es evidente que el ejercicio en forma de actividad aeróbica, como caminar, correr, nadar, bailar y caminar, puede promover la salud y el bienestar de forma similar a la de la meditación consciente. Ambas te permiten liberar el estrés y participar en actividades que promueven la salud. Sin embargo, la principal diferencia entre ambos es que el ejercicio aeróbico es energizante y activo, mientras que la meditación es calmante y practica para promover la relajación. Por lo tanto, según Street Directory, la mayoría de los entusiastas del ejercicio se estiran antes de sus entrenamientos e incluyen una meditación simple que puede mejorar su enfoque. Además de enfocarse en la respiración y el músculo como blanco, estirar y relajar estos músculos antes de un entrenamiento le dará a tu cuerpo y mente la energía guiada y centrada necesaria para ejercitarte adecuadamente.

Meditación previa al ejercicio

Según Weston Lyon of Street Directory, la práctica de una meditación sencilla antes de comenzar tu ejercicio es una manera benéfica para estirar los músculos de una manera enfocada y controlada. Es natural que tu mente este a la deriva mientras estás meditando, pero a través de la práctica, tú puedes guiarla de nuevo a tu intención del momento. Lyon recomienda llenarse de energía concentrada antes de tu entrenamiento al flexionar el músculo objetivo durante la inhalación y relajarlo durante la exhalación. Esta simple meditación antes del entrenamiento se puede hacer en el coche antes de entrar en el gimnasio o una vez que ya estás dentro, y comienza por sentarte con la espalda recta, tomando respiraciones abdominales profundas, exhalando lentamente, cierra los ojos y concéntrate en los músculos que estás planeando para el ejercicio .Continua durante cinco minutos, y centra tu respiración en el músculo objetivo mientras te estiras y relajas.

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