Actividades que muestran la santidad de Dios

Las actividades sobre la santidad de Dios ayudan a los niños a entender parte del carácter de Dios.

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Las actividades acerca de la santidad de Dios ayudan a los niños de la escuela dominical y de otros programas de educación cristiana a entender este concepto que es a menudo difícil. El carácter y la personalidad de Dios se revelan a través de historias en la Biblia y de cómo interactuaba con la gente a lo largo de la historia. Entender la santidad de Dios ayuda a los niños a entender algunas de las cosas más difíciles que Dios exige de las personas, especialmente en el Antiguo Testamento.

Prepárate para el tabernáculo

Una de las cosas que los sacerdotes de los hijos de Israel tenían que hacer antes de entrar en el Tabernáculo en el Antiguo Testamento era estar limpios. Incluso el sumo sacerdote no podía entrar en el sanctasanctórum sin una purificación ceremonial. Esto se debía a que la santidad de Dios no podía permitir que una persona entrara en su presencia sin hacer ciertos rituales. Lleva productos personales de limpieza a clase y demuéstrales las prácticas de higiene antes de ir a una ocasión especial. Enséñales cómo te lavas la cara, te peinas, te cepillas los dientes y te aplicas maquillaje, mientras les cuentas la historia del sacerdote que tenía que prepararse para ir delante de Dios.

Quítate los zapatos

Cuando Moisés se paró frente a la zarza ardiente en el Monte Sinaí, en el Antiguo Testamento, una de las primeras cosas que Dios le dijo fue que se quitara los zapatos. Esto fue porque Dios le estaba hablando a través de la zarza ardiente, y la presencia de Dios hizo que el objeto ordinario y los alrededores se convirtieran en tierra sagrada. Moisés estaba en la presencia de Dios, y Dios no quería que el polvo de las sandalias hiciera que el lugar se volviera impuro. Para esta actividad, lleva a tu salón de clases una pequeña piscina de plástico para niños llena de arena. Deja que los estudiantes caminen y jueguen en la arena durante unos minutos antes de comenzar a compartir la lección. Después haz que los estudiantes se limpien los zapatos con un par de toallas blancas en el suelo cerca de la caja de arena. Haz que los estudiantes se sienten en círculo y enséñales la suciedad en la toalla blanca. Luego compara esa toalla con una toalla blanca limpia. Habla acerca de cómo la santidad de Dios es como la toalla blanca limpia. Que algunos estudiantes se quiten los zapatos y caminen sobre la toalla limpia y habla de la diferencia entre la santidad de Dios y la suciedad de los zapatos.

Encuentro con Dios en el Sinaí

Cuando los Hijos de Israel salieron de Egipto, iban a adorar a Dios en el Monte Sinaí. Moisés sabía que la montaña era sagrada y Dios era santo, por lo que Dios le dijo a Moisés que tenía que hacer que la gente se purificara durante tres días. Nadie podía tocar la montaña o acercarse a ella, porque no podían estar tan cerca de Dios. Para esta actividad, coloca una cuerda o pedazo de cordel en el suelo cuando los niños entren en el aula. Pon un gran letrero cerca de la cuerda que diga: "no cruzar". Dale a cada niño una toallita húmeda y haz que se lavan las manos cuando estén parados a un lado de la cuerda. Habla acerca de la santidad de Dios y de su santo monte, y por qué los hijos de Israel tenían que purificarse antes de que pudieran adorar a Dios. Una vez que todos los niños se hayan lavado las manos, permíteles que atraviesen la cuerda y siéntalos en un círculo para el resto de la historia.

El fruto del Espíritu

En el Nuevo Testamento en Gálatas 5:22, el apóstol Pablo habla de los frutos del espíritu, aquellas cosas que se mostrarán en la vida de un creyente mientras aprende más acerca de Dios. Uno de los frutos del espíritu es la bondad, que los niños pueden entender de estar en santidad. Para esta lección lleva tres plantas; una sana y verde, una marchita y pequeña y una completamente muerta. Pregúntale a tus alumnos sobre lo que piensan que cada planta tenía o no tenía que provocó que prosperaran o murieran. Mientras los niños te dan sus ideas, escríbelas en la pizarra blanca. Al lado de cada idea para las plantas, escribe lo que la gente necesita en sus vidas para aprender más acerca de Dios y crecer en los frutos del espíritu. Compara cosas como la luz solar, el aire limpio y el agua con la lectura de la Biblia, el orar y el ayudar a los demás.

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