Actividades sobre el pulso para niños

Utiliza actividades que tengan que ver con el pulso para introducir el tema del funcionamiento del corazón.

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Los niños tienden a identificar las partes básicas del cuerpo desde que todavía son pequeños, pero representa un reto más grande ayudarles a comprender cómo funcionan esas partes, como el corazón. Tal vez se le facilite comprender el funcionamiento de este importante órgano si le presentas ciertas actividades que tengan que ver con el pulso.

Muéstrale a tu niño dónde se localizan los sitios donde puede sentir su pulso. Comienza con enseñarle el pulso de su cuello, justo debajo de la mandíbula, ya que por lo general es el punto más fácil de encontrar. Enseguida explícale que un punto "de pulso" es un lugar en su cuerpo donde puede sentir cómo la sangre se mueve con la ayuda de los latidos de su corazón. Muéstrale otros de estos puntos, incluyendo el que se localiza justo por encima de la clavícula, y los de sus muñecas y tobillos. Desafíalo a encontrar por sí mismo el punto de pulso en su muñeca. Fíjate si los niños mayores pueden encontrar los puntos de pulso de sus rodillas y tobillos, que por lo general son los más difíciles de descubrir.

Comparen las frecuencias cardiacas de antes y después de hacer ejercicio. Para enseñarle a tu pequeño la forma en que la frecuencia aumenta durante la actividad física, haz que primero sienta su frecuencia en reposo contando cuántas veces late su pulso en un lapso de tiempo de 15 segundos, y después multipliquen el número por cuatro. Los niños mayores de diez años deben tener una frecuencia de entre 70 y 139 pulsaciones por minuto, de acuerdo con los National Institutes of Health. Enseguida, permite que tu niño escoja un ejercicio que realizará por cinco minutos, como correr o saltar la cuerda, y una vez que haya terminado toma su pulso inmediatamente para determinar qué tanto se ha incrementado el número de pulsaciones por minuto después del ejercicio. Haz que realice diferentes actividades físicas para que compare cómo aumenta su frecuencia cardiaca con cada una.

Miren como se mueve el pulso. Dale a tu niño un poquito de yeso o de arcilla para modelar para que lo aplane sobre su muñeca, a lo largo del área del pulso. Entierren una pajilla en el yeso y mírenlo con atención para ver cómo se mueve un poquito con cada latido del pulso. Si a tu niño se le dificulta verlo dile que se pare enfrente del espejo y repitan el experimento situando el yeso o la arcilla sobre el pulso de su cuello, que por lo general se ve más fácilmente.

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