Cómo aplicar el método científico en la vida cotidiana

El método científico puede ayudarte a resolver problemas de tu entorno cotidiano.

Ryan McVay/Photodisc/Getty Images

El método científico es un procedimiento que consiste en una serie de pasos con el objetivo de resolver un problema y recolectar información. Comienza con el reconocimiento de un problema y una elaboración o descripción clara del mismo. A esto le sigue un proceso de experimentación y recolección de datos. Los pasos finales consisten en la formulación y la comprobación de una hipótesis o solución potencial y en una conclusión. Si no estás acostumbrado a aplicar el método científico, el proceso puede parecerte abstracto e inalcanzable. Con un poco de consideración y observación, cualquier problema de la vida cotidiana es una posibilidad potencial para aplicarlo.

Step 1

Localiza o identifica el problema a resolver. Tu ambiente personal es un buen punto de partida, ya sea en tu lugar de trabajo, tu hogar o tu cuidad.

Step 2

Describe el problema en detalle. Haz observaciones cuantificables, tales como la cantidad de veces que sucede, la duración, mediciones físicas específicas, entre otras.

Step 3

Formula una hipótesis sobre cuál puede ser la posible causa del problema, o cual podría ser la solución potencial. Revisa si la información previamente recolectada sugiere un patrón o una causa posible.

Step 4

Prueba tu hipótesis ya sea con una última observación del problema o creando un experimento que destaque el aspecto del problema que deseas probar. Por ejemplo, si sospechas que un cable en mal estado es la causa del mal funcionamiento de una lámpara, debes encontrar el modo de aislarlo y comprobar si el cable es o no la causa.

Step 5

Repite los pasos de la observación, la formulación de la hipótesis y la comprobación hasta que obtengas una conclusión sustentada por la información o que directamente resuelva el problema.

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