Características del teatro isabelino

Escrito por Misty Barton ; última actualización: February 01, 2018
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El teatro isabelino es un término utilizado para distinguir la obra de dramaturgos durante el reinado de la reina Isabel I, del otro teatro del Renacimiento, conocido como jacobino y el teatro de Carolina. El período isabelino en el teatro abarcó desde 1558 hasta 1603 y es más conocido por las obras de William Shakespeare.

Compañía de actores

En el área isabelina, se crearon dos tipos distintos de compañías de actores, los coros de adultos y de jóvenes. Los de adultos se componían de 12 a 25 hombres. Todos los hombres poseían acciones en la empresa, y los beneficios de cada espectáculo se dividía entre ellos por porcentaje, en función de su nivel de inversión en la corporación. Los aprendices, y niños mayores de 10, eran entrenados por los actores mayores. Hacían de niños y mujeres cambiando la voz. Ser actor era ser miembro de la clase dominante para ganar estatus social. Los que no tenían un patrón en la corte real se consideraban pícaros o miembros de la clase gitana. Los coros de muchachos estaban bajo la dirección de un director de coro, que recibía todos los beneficios de sus trabajos. Se realizaban con frecuencia en las capillas del tribunal.

Teatros

Los teatros de la época isabelina eran grandes edificios circulares, al aire libre. Tenían una plataforma de escenario elevado en el centro con un área de fosa rodeando el escenario. La plebe estaba en el pozo durante las actuaciones. Los privilegiados pagaban más por estar sentados en la galería. La galería se componía de varios niveles de asientos en un balcón. Había una torre detrás de la galería, que se utilizaba para el almacenamiento, y una torre detrás del escenario, que se utilizaba en el teatro. En la parte superior de cada torre había trompetas que anunciaban el comienzo del espectáculo.

Escenario

El escenario principal era simplemente una plataforma elevada en el centro de la sala. La pared posterior del escenario tenía dos o tres puertas con cortinas colgantes, y varias puertas trampa que permitían a los actores salir y entrar del escenario en puntos diferentes. La torre detrás del escenario tenía maquinaria que levantaba y bajaba a los actores y objetos para crear efectos especiales. Un toldo sobre el escenario estaba pintado de azul con estrellas para representar el cielo y para proteger a los actores de la intemperie. Se llevaban accesorios al escenario sólo para ayudar a la acción, y no volver a armar la escena. Armar la escena en el escenario seguía siendo la responsabilidad del narrador.

Trajes

Los trajes usados ​​por las compañías de teatro isabelinas reflejaban la moda de la época. Los actores estaban vestidos con el estilo de sus contemporáneos reales, incluso cuando retrataban cuentos históricos. El personaje se vestía con piezas históricas o culturalmente apropiadas para demostrar el estereotipo del personaje. Por ejemplo, el actor que interpreta a Moore en Otelo podría haber llevado una larga túnica sobre su atuendo cortesano y un actor interpretando a un soldado romano se habría puesto un casco y una coraza sobre su traje típico.

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