Segmentos

El detalle visualmente más obvio de la lombriz de tierra, y una de sus características más particulares es su cuerpo segmentado. Cada lombriz tiene más de 100 segmentos individuales llenos de tejido muscular que se dobla individualmente. Estos músculos representan la principal forma de moverse de la lombriz en tanto que las diferentes porciones de la lombriz se expanden para avanzar y se contraen para jalar el resto del cuerpo de la misma.

Setae

Cada segmento de la piel de la lombriz está cubierto por un rasgo menos evidente pero que resulta fundamental; miles de pequeños vellos llamados setae. Aunque al tacto se sienten viscosos, estos espinosos vellos funcionan para que la lombriz se sujete al suelo; y, en combinación con los músculos segmentados, le permiten a la lombriz agarrarse de un área de tierra mientras puede alcanzar otra.

Respiración

Las lombrices no tienen pulmones, pero no requieren de oxígeno para sobrevivir. Toman el aire que necesitan por medio de la difusión; su piel porosa permite que el oxígeno y el dióxido de carbono pasen a su cuerpo. Una lombriz de tierra debe mantener húmeda su piel para una correcta difusión, lo que limita sus actividades en la superficie en climas húmedos o en la noche, lejos de la luz directa del sol.

Digestión

El tubo digestivo central de una lombriz de tierra contiene características familiares, que incluyen una boca, un tracto digestivo y un esófago. Las lombrices de tierra no tienen estómago, dependiendo entonces de mollejas y de la ayuda de piedras para poder sintetizar su alimento.

Género

Al ser hermafroditas, las lombrices tienen órganos reproductivos tanto masculinos como femeninos. Estos órganos se encuentran en la banda anillada que está al final de la cola de la lombriz, visible como un área de mayor diámetro que el resto del cuerpo. Después del apareamiento, las lombrices de tierra dejan pequeños huevos, con forma de capullo, de donde nacerán sus crías.