Ideas para una decoración romana

La decoración hogareña basada en estilos romanos incorpora los colores, equilibrio y apariencia de la antigua Roma.

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Decorar una casa requiere comenzar desde lo básico hasta ocuparse de los pequeños detalles. La consideración más importante es el estilo inspirador para recrear la apariencia deseada. En el caso de la decoración estilo romano, esto significa simetría, confort, lujo y belleza amalgamadas en un todo coherente. Existen algunos elementos del estilo romano que añaden elegancia a cualquier diseño hogareño.

Pilares

Los pilares son un componente fundamental de la arquitectura romana.

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Las estructuras de viviendas griegas y romanas se caracterizaban por tener pilares como uno de sus componentes principales. En esos tiempos, los pilares servían al propósito dual de proveer tanto soporte como estética al edificio. En los hogares modernos, con frecuencia los pilares no son necesarios como sistema de soporte, pero son apropiados para los fines decorativos. Para crear un pilar estilo romano, distribuye los pilares en forma pareja para crear un equilibrio perfecto en el ambiente. Por ejemplo, si se agregan dos pilares a una pared de la sala de estar, éstos deberán colocarse espaciados a la misma distancia de un extremo y otro de la pared. Esto crea simetría en el ambiente.

Mobiliario

El mobiliario de piedra combina con el estilo romano.

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Decora la habitación con muebles de madera, piedra o bronce. El mobiliario romano típico se fabricaba en uno de estos tres materiales. Para los propósitos decorativos modernos, los muebles de madera no son sólo los más fáciles de obtener, sino que además se adecuan con la misma facilidad a cualquier estilo deseado. Para combinar con estos materiales, opciones como agregar detalles de bronce a los muebles de madera o piedra son también apropiadas. Por ejemplo, para el mobiliario del dormitorio, consigue una cama de bronce y agrega un tocador de madera con detalles de bronce tales como tiradores en los cajones o un marco de broce alrededor del espejo. Las formas lineales y geométricas en el mobiliario eran comunes en los estilos romanos, con bronce decorativo adicionado a la madera o piedra para aportar belleza.

Efectos suavizantes

Agrega almohadones al sofá.

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Los estilos decorativos romanos no estaban diseñados teniendo en cuenta sólo la funcionalidad y la belleza, sino también para la comodidad. Agrega almohadones a la superficie de los muebles para sentarse, o también añádelos a sillas de madera; otra opción es colocar tapices de estilo romano en las paredes. En Roma, los tapices y almohadones tenían formas geométricas, tales como cuadrados que se alternaban en diferentes colores. Los tonos de los tapices variaban en cuanto a preferencias personales, pero podían mezclar entre sus hebras algo de rojo, blanco, amarillo, negro o gris. Esto proporciona una superficie blanda para sentarse o recostarse, como así también aporta color al espacio. Cuando cuelgues los tapices, asegúrate de que el ambiente esté equilibrado y combinado en forma pareja.

Colores

Los colores claros se asocian al estilo romano.

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Los colores varían ya que dependen de las preferencias personales, pero los tonos comunes que se asocian a la decoración de estilo romano son, con frecuencia, suaves, terrosos y neutros. Por ejemplo, combina paredes en color crema con pilares de mármol blanco, o colores en beige medio para una tonalidad terrosa.

Detalles

Las estatuas romanas solían tener una guirnalda alrededor de la cabeza.

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Los detalles para el diseño inspirado en el estilo romano incluyen objetos tales como estatuas clásicas, urnas o jarrones. Las estatuas se fabricaban con frecuencia en piedra blanca, como el mármol, y eran imágenes masculinas y femeninas en tamaño real, a veces con una guirnalda alrededor de la cabeza. Las estatuas masculinas podían vestir una toga, la cual consistía en una tela drapeada, o una coraza con la pollera estilo romano. Las estatuas femeninas podían llevar un vestido drapeado. Selecciona los objetos de acuerdo a tus preferencias personales, pero ten en cuenta la necesidad de un espacio perfectamente equilibrado. Por ejemplo, si colocas un jarrón con la cara de un emperador romano como Augusto en un lado del cuarto, coloca otro en la parte opuesta. Si un extremo del sofá tiene dos almohadones, pon un número similar en el otro. Para los espacios medios, coloca un solo objeto, de manera que quede la mitad de cada lado.

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