Los impactos sociales, económicos y ambientales de los sistemas de energías renovables

Debido a la preocupación generalizada de que el uso de combustibles fósiles contribuye al cambio climático, y que las entregas de estas fuentes de energía están en declive, muchos expertos están pidiendo un mayor uso de sistemas de energía renovables. Dado que los sistemas renovables utilizan fuentes naturales -sol, agua y viento- para producir energía, sus defensores sostienen que son mucho más ecológicos, seguros y sostenibles. Sin embargo, existen diversas opiniones en cuanto a cuáles son los impactos sociales, económicos y ambientales de estos sistemas.

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Sistemas de energía renovable

Existen varios tipos de sistemas de energía renovable que utilizan los recursos naturales para producir energía. A diferencia de los combustibles fósiles, que toman cientos de miles de años en formarse, estos sistemas utilizan los rayos del sol o de la lluvia para producir energía y por lo tanto se clasifican como renovables. Además de los sistemas que utilizan el viento, el sol o el agua para producir energía eólica, energía solar o la hidroeléctrica, respectivamente, los sistemas renovables son aquellos que son bio-térmicos o geotérmicos. La bioenergía utiliza productos de animales y plantas para generar electricidad, mientras que los sistemas geotérmicos aprovechan el calor que emana del interior de la Tierra para producir energía.

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Los impactos económicos

La capacidad de la humanidad para extraer y utilizar los combustibles fósiles ha sido el catalizador para el desarrollo tecnológico e industrial que ha dado lugar a una prosperidad socioeconómica sin precedentes en muchas regiones del mundo. Mientras que los defensores de los sistemas energéticos no renovables sostienen que los combustibles fósiles seguirán siendo mucho más factibles que las fuentes de energía renovables, los defensores del medio ambiente y las organizaciones tales como las Naciones Unidas sostienen que la energía sostenible también puede tener un impacto económico positivo. El precio de las energías renovables no son tan propensas a las fluctuaciones del mercado como el petróleo o el gas natural, y los sistemas de energía solar o eólica son capaces de suministrar energía a las regiones en vías de desarrollo o menos accesibles, las cuales pueden no tener los medios económicos o de infraestructura para utilizar combustibles fósiles. Además, los expertos predicen que el aumento de la inversión en sistemas de energía renovable seguirá produciendo miles de empleos en todo el mundo.

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Los impactos ambientales

La mayoría de los defensores del medio ambiente sostienen que los sistemas de energía que utilizan agua, la energía solar o eólica para producir energía no crean emisiones de dióxido de carbono, una vez que se construyen y por lo tanto no contribuyen al cambio climático. Además, a diferencia de la nuclear y de la industria del petróleo, los sistemas de energía más renovables no producen subproductos y residuos peligrosos que puedan dañar severamente o destruir un ecosistema. A pesar de estos aspectos positivos, algunos de estos sistemas de energía renovable vienen con impactos ambientales adversos. Por ejemplo, los proyectos hidroeléctricos como las presas pueden afectar negativamente a los peces y a la vida silvestre al obstruir las corrientes de agua naturales, y las reservas de agua masivas que crean inalterablemente pueden cambiar el ecosistema circundante. Otro motivo de preocupación con respecto a los impactos ambientales es la cantidad de tierra agrícola que puede ser necesaria para generar niveles significativos de energía de la biomasa, así como la cantidad de contaminación del aire que se deriva de su uso en comparación con otros sistemas renovables.

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Los impactos sociales

Debido a los diversos impactos económicos y ambientales de los sistemas de energías renovables, el aumento del uso de energía sostenible probablemente tendrá importantes consecuencias sociales también. Por ejemplo, el uso generalizado de los sistemas de energía renovable puede conducir al aumento o a la disminución de las tasas de empleo en algunas regiones, en función de su base industrial y si son totalmente dependientes de los combustibles fósiles. Otros impactos sociales podrían incluir mayor libertad de elección de los consumidores en relación con un proveedor doméstico de energía; cambiar las relaciones políticas a nivel internacional a medida que ciertas naciones ponen fin a su dependencia de terceros para la energía, y las mejoras esperadas en materia de salud, ya que cada vez más ciudadanos ya no están expuestos a los desechos peligrosos y a las emisiones asociadas con los combustibles fósiles.

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