Cómo cocinar pulpo congelado hasta que esté tierno

Un pulpo congelado puede resultar tan tierno como uno fresco.

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El pulpo es un fruto de mar sabroso, saludable y magro que a veces puede volverse duro durante la cocción. Al tiernizar la carne antes de cocinarla y luego cocer el pulpo en sus propios jugos, puedes romper las duras fibras musculares y preservar la humedad de la carne, resultando en un pulpo jugoso y tierno que no sea fibroso al masticar. Aunque utilices un pulpo congelado, éste no será más duro que un pulpo fresco luego de la cocción.

Step 1

Descongela el pulpo colocándolo en un bol grande y cubriéndolo con una toalla de papel húmedo para bloquear la humedad. Deja que el bol se asiente en el refrigerador todo el día, o hasta que el pulpo se haya descongelado por completo.

Step 2

Mezcla un puñado de sal kosher en un bol grande de agua fría, usando agua suficiente para cubrir el pulpo. Coloca el pulpo en el bol y lleva al refrigerador en el baño durante 5 horas para romper el tejido muscular.

Step 3

Lleva una olla de agua grande a hervor, y blanquea el pulpo sumergiéndolo en el agua a fuego suave por unos 3 segundos. Repite la inmersión tres veces.

Step 4

Brasea el pulpo lentamente a fuego bajo para tiernizarlo. Colócalo en una olla grande cubierto con cualquier líquido para brasear, desde agua a vino tinto. Alternativamente, coloca el pulpo en una olla seca y deja que se cocine en su propio jugo. En cualquier caso, la olla debe colocarse en un horno precalentado a 200º F (93º C) y debes brasear la carne por cuatro a cinco horas.

Step 5

Retira el pulpo del horno tan pronto como esté cocido para evitar cocinarlo de más, lo cual puede hacer que se vuelva duro. Verifica la cocción pinchándolo con la punta de un cuchillo afilado. Finaliza la cocción cuando la carne ofrezca una ligera resistencia.

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