Derrite el plástico artesanal al verter las mostacillas plásticas blancas en una taza llena de agua. Colócala en el microondas y calienta en temperatura máxima por un minuto a la vez, controlando las mostacillas después de cada minuto. Sabrás que están derretidas del todo cuando hayan cambiado completamente de opaco a transparente.

Coloca el plástico derretido en la taza usando un tenedor. Las partes derretidas se pegarán entre sí, aunque puede que necesites utilizar el tenedor para juntarlas un poco. Deja que el plástico caliente se enfríe por aproximadamente 10 segundos. Luego, tómalo cuidadosamente con tus manos (todavía estará caliente) y empieza a moldearlo, amásalo como si fuese plastilina.

Llena la zona hueca de la encía/parte superior del diente de vampiro con plástico blando, presionándolo contra las cavidades y alisándolo después hacia la parte de arriba. Trabaja rápido para que el plástico siga blando y claro cuando termines. Si se empieza a enfriar y a endurecer antes de que termines, usa el tenedor para mojarlo de nuevo en el agua caliente y que se ablande otra vez.

Moldea el plástico para que quede bien en tus dientes. Lame tus dientes superiores y tus labios para cubrirlos con saliva perfectamente (esto evitará que el plástico se te pegue) y presiona los colmillos contra tus dientes, empujándolos para que ellos se hundan en el plástico blando, haciendo una huella. Deja el plástico en ese lugar hasta que se endurezca (esto lleva un par de minutos) y luego quítalos (saldrá fácilmente).

Enjuaga los colmillos y deja que se sequen.

Pega los colmillos con pegamento para dentaduras postizas. Usa una gota pequeña de adhesivo en la punta de tus incisivos (primero, sécalos), luego ejerce presión.