¿Cómo trabajar con alumnos preescolares violentos en un aula?

Los arrebatos violentos pueden ocurrir en niños de cualquier edad.

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Tal como indica Diane Levin en "Harvard Educational Review", los alumnos preescolares tienden a ser pasados por alto al investigar la prevención de la violencia. Sin embargo, el comportamiento violento es observado en niños de todas las edades, entre ellos los alumnos preescolares. Es común asumir que el comportamiento de los niños mejorará a medida que crezcan, pero un comportamiento violento debe ser tomado en serio sin importar la edad y no debe considerarse una fase pasajera. Los maestros de aula, junto con los padres, gerentes y todo adulto involucrado, deben comprender dicho tema complejo.

Identifica lo que posiblemente esté causando los arrebatos violentos. Los niños pequeños pueden exhibir distintos tipos de comportamiento violento, como berrinches, peleas, discusiones violentas o amenazas, uso de armas, crueldad animal, inicio de incendios y vandalismo. Dichos comportamientos surgen por situaciones o acciones. Comparte tus ideas con todos los involucrados sobre dónde, cuándo y por qué ocurren los arrebatos. Determina si las situaciones sociales, deportivas o académicas son las causantes, o si causan que el niño sienta que algo es injusto o que no consigue lo que quiere. Descubre si el niño está imitando el comportamiento de otra persona o si lo están burlando. Según la "Academia Estadounidense de Psicología Infantil y Adolescente", muchos otros factores pueden causar el comportamiento violento, como ser víctima de abuso, estar expuesto a la violencia en casa o a través de las redes sociales, el abuso de drogas y alcohol y factores socioeconómicos como la pobreza, desempleo o divorcio

Busca indicadores de que el niño esté por vivir un episodio. Los patrones del comportamiento suelen exhibirse cuando el niño se está molestando. Puede experimentar un enojo intenso y la pérdida de los estribos, irritabilidad, impulsividad y frustración. El niño suele aumentar o disminuir su nivel normal de actividades y hacer sonidos o comentarios que indiquen que haya pasado por emociones intensas. Los maestros deben ser conscientes de los signos de alerta y, si fueran detectados, deben tratarse con seriedad y tomar medidas preventivas.

Ten cuidado al reaccionar frente a una actitud violenta. Primero considera cómo se siente el niño y hazle saber que te diste cuenta que está molesto. En lugar de involucrarte mientras está enfadado, dile que lo ayudarás una vez que se calme. Luego, dale un poco de tiempo y vigílalo mientras continúas con tus tareas. Felicítalo cuando se calme y haz que comprenda que todos pueden enojarse y que no hay nada de malo en tener sentimientos. Luego, pregúntale por qué se ha enojado y otras alternativas para expresar su malestar. Las opciones pueden incluir dibujar una imagen enojada o zapatear.

Incluye a todos los adultos para crear un plan de intervención. Debes preguntarle a los padres si ha ocurrido algún evento violento en casa y cuándo. Probablemente sabrán si hay algún evento externo a la escuela que puedan contribuir al comportamiento del niño. También pueden informar datos valiosos sobre los hábitos de alimentación y sueño, así como también cualquier problema de salud. Al crear un plan de intervención, primero comparte ideas sobre los disparadores. Luego, determina la mejor forma de enseñarle al niño a reconocer los síntomas de que está dirigiéndose a un episodio. Debes desarrollar alternativas de comportamiento que le ofrezcan a los niños habilidades para practicar cómo lidiar con los episodios violentos.

Implementa medidas preventivas a nivel escolar. Define las expectativas y consecuencias para todos los alumnos y padres al comienzo de cada año escolar. Luego, puedes reforzar las expectativas conductuales a través de boletines escolares, anuncios y actividades. Los maestros y asistentes deben moldear el comportamiento adecuado a todo momento y felicitar a los alumnos con buen comportamiento. Puedes usar programas curriculares para enseñar comportamientos positivos, permitiendo que los alumnos trabajen en grupo con técnicas de resolución de problemas. Puedes crear una sala de tiempo libre para que los alumnos tengan el tiempo y el espacio para calmarse. Pueden crear equipos de maestros y administradores para debatir los casos difíciles.

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