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Riega bien el césped antes de proceder. Esto te ayudará a soltar y suavizar el suelo, que es fundamental. No debes trabajar con un suelo que está recientemente mojado, de modo que tienes que regarlo por la noche o en la mañana anterior a que intentes revivirlo.

Coloca la mezcla de suelo y fertilizantes en una gran cuba. Usando guantes, rompe los trozos grandes con tus manos.

Usa tus manos para esparcir la mezcla sobre las zonas del césped que necesitan ser revividas. Agítala bien sobre la hierba para asegurarte romper los trozos grandes antes de pasar a otra parte.

Ara las zonas de césped que has cubierto con suelo y fertilizante. Deberías repasar una misma sección muchas veces para dar vuelta el suelo con el fin de mezclar el abono. No tengas miedo de romper o dañar el césped que ya existe. Tu mayor preocupación debería ser la mezcla.

Da un paso atrás y examina el lugar. Si vez que has omitido algunas áreas vuelve y esparce más mezcla, luego vuelve a arar.

Riega bien, asegurándote de que no sólo cubres las zonas que has arado sino todas las áreas del jardín que aún se encuentran saludables.

Continúa regando cada dos días, aproximadamente, hasta que el césped haya revivido completamente.