Step 1

Revisa tu medidor una vez al mes y anota los números de la lectura. Haz esto a la misma hora cada mes que el empleado chequea el medidor. No vas a obtener la misma lectura exacta del medidor que el empleado, pero va a estar cerca, y serás capaz de notar discrepancias importantes. Las discrepancias son típicamente el resultado de un medidor malo o una lectura errónea. Revisa el medidor para ver si el número de la última lectura de la boleta está cercano a la lectura actual. Si lo es, entonces el problema no es una mala lectura, es más probable que sea un medidor malo.

Step 2

Mira el medidor antes de salir de la casa por todo el día y otra vez cuando llegues a casa. Los números del medidor no deben cambiar si no hay nadie en la casa que use el agua. Si el medidor ha cambiado, hay una fuga. En algunos casos, el indicador de fugas en el medidor lo hará girar cuando el agua no se esté usando, pero hay un escape en algún lugar. Esto muestra una fuga lenta, de manera que no tienes que esperar todo el día para ver un cambio en el medidor.

Step 3

Examina tu casa y descarta fugas interiores. Mira dentro de la casa para ver si hay algún grifo o cañerías que gotean. De acuerdo a Des Moines Water Works, para comprobar si tu inodoro tiene fugas se puede hacer con unas gotas de colorante para alimentos. Pon el colorante de alimentos en el tanque y espera 20 minutos. Si el agua en la taza ha cambiado de color, entonces el inodoro tiene una fuga.

Step 4

Descarta las fugas al aire libre inspeccionando si el patio tiene manchas de humedad y los grifos por goteos. Si encuentras un área que está mojada sin ninguna explicación válida como la lluvia, entonces podrías tener una fuga. Haz que un profesional revise el área y repare el problema.