¿Qué es la confirmación en la religión católica?

Confirmando tu fe te acercas más a Dios.

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El Catecismo Católico Romano enseña que la confirmación permite a los católicos profesar su fe como "cristianos fuertes y perfectos y soldados de Jesucristo". Este es el sacramento que arraiga a los católicos más firmemente a Jesús, fortaleciendo sus lazos con la iglesia y ayudándoles a mantener con entereza su fe para afrontar los retos de la vida mientras se presta un servicio a los demás. Aunque no es necesario que todos los católicos bautizados se confirmen, se considera una conclusión al ritual del bautismo.

Historia

La Biblia dice que Jesús prometió el don del Espíritu Santo a todos los que le siguieron. En Hechos de los Apóstoles y en varias de las epístolas católicas se manifiesta cómo los convertidos después de haber sido bautizados recibieron al Espíritu Santo a través de la imposición de manos de los apóstoles. Aunque no hay una referencia bíblica al uso del crisma (una mezcla de aceite de oliva y bálsamo que ha sido bendecida por un obispo), ésta se utiliza comúnmente en las ceremonias de confirmación modernas.

Preparación

Los requisitos previos para la confirmación son: que los candidatos hayan sido bautizados, se confiesen regularmente y hayan recibido el sacramento de la comunión. Si bien estos requisitos básicos se mantienen constantes en toda la iglesia católica, varias diócesis y arquidiócesis tienen diferentes procesos de preparación para recibir el sacramento. Algunas diócesis exigen que los interesados para la confirmación pasen por intensos cursos de capacitación durante dos años antes de ser confirmados. Otros requieren un año de formación o una combinación de asistencia a las misas y concurrencia y participación en los grupos semanales de discusión. Una condición final para la confirmación es que el candidato tenga un padrino.

Padrinos

Al igual que con los requisitos básicos para la confirmación, las calificaciones del padrino difieren entre diócesis. Los requisitos más comunes son: que el padrino sea un adulto que haya recibido los sacramentos del bautismo, comunión y confirmación, practique con fidelidad los rituales de la iglesia católica romana, asista regularmente a misa y participe en otras actividades del culto católico; que sea un buen oyente con una buena relación con el candidato, capaz y con la voluntad de participar en el proceso de confirmación incluyendo la asistencia a misa y otras actividades con el aspirante, y dispuesto a compartir y discutir abiertamente su propia práctica de fe, comprensión y experiencia. El padrino de confirmación ideal es la misma persona que haya servido como padrino de bautismo del aspirante para la confirmación.

Candidatos

Después de haber sido bautizados como bebés, los aspirantes para la confirmación deben tener la edad suficiente para entender con claridad el compromiso que están haciendo. Generalmente la mayoría de los candidatos son estudiantes de primer o segundo año de escuela secundaria. Sin embargo, en algunas diócesis la confirmación se les ofrece a los interesados mientras todavía están en la escuela media. Las personas que se convierten al catolicismo más tarde en la vida pueden ser confirmadas en cualquier momento después de que hayan sido bautizadas y recibido la sagrada comunión.

El proceso

El sacramento es administrado por el obispo o arzobispo. Durante la ceremonia de la confirmación el obispo impone las manos y unge con el crisma a cada candidato mientras reza. El ritual comienza con la imposición de manos del obispo mientras ora para que el Espíritu Santo descienda sobre cada uno de los aspirantes usando las palabras: "Envía sucesivamente sobre ellos tu espíritu siete veces Santo Paráclito". El siguiente paso consiste en ungir la frente del candidato con el crisma mientras reza: "Yo te signo con la señal de la cruz y te confirmo con el crisma de la salvación en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". El último paso es tocar la mejilla del aspirante diciendo: "La paz sea contigo". El obispo cierra la ceremonia con una oración por todos aquellos que fueron confirmados y una bendición final.

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