Fiebre en un niño mientras toma antibióticos

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Los antibióticos son fármacos de acción fuerte usados para combatir las bacterias que causan numerosas enfermedades en seres humanos y animales.

Desde su introducción en la medicina pública en el año 1940, los antibióticos han salvado millones de vidas por su eficacia para tratar muchas enfermedades e infecciones, incluyendo las infecciones graves de origen bacteriano.

En el caso de los niños, las infecciones más comunes en las que se recetan tratamientos con antibióticos son la amigdalitis y las infecciones de la piel y de oído.

La gran mayoría de infecciones bacteriales y virales provocan fiebre en el ser humano, que es una reacción del organismo ante la presencia de agentes patógenos en sangre y tejidos.

La fiebre en sí misma no es una enfermedad, sino una señal de que el cuerpo está tratando de combatir una enfermedad o infección, elevando su temperatura para matar los virus o bacterias.

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La mayoría de estas bacterias y virus sobreviven bien cuando el cuerpo está a su temperatura normal de 37 grados centígrados.

Pero si hay fiebre, estos patógenos tienen más difícil el sobrevivir dentro del cuerpo. Además, el aumento de temperatura dispara una serie de mecanismos que activan el sistema inmunológico del cuerpo para que combatan la enfermedad.

Si tu niño tiene fiebre por una infección bacteriana, los antibióticos suelen ayudar a que esta baje en un par de días.

Sin embargo, si tu niño todavía tiene fiebre incluso tomando antibióticos, será necesario que vuelvas a visitar al médico para revisar si el tratamiento es el más adecuado o si hay una segunda causa subyacente que provoque el cuadro febril en el infante.

Vamos a revisar brevemente las posibles causas de que tu niño siga teniendo fiebre mientras está sometido a un tratamiento con antibióticos.

Acción de virus

Dado que los antibióticos son efectivos contra las bacterias, si la fiebre de tu niño es el resultado de una infección viral, como el resfriado común o la gripe, los antibióticos no van a bajar la fiebre.

En este caso, la fiebre y cualquier otro síntoma asociado se disipará con el tiempo. Las infecciones virales generalmente duran una o dos semanas.

Si tu niño tiene una infección viral, no hay necesidad de un tratamiento antibiótico. De hecho, tomarlos mientras la tienes puede crear una resistencia a los antibióticos.

Lo mejor que se puede hacer en una infección viral es prevenir la deshidratación proporcionando cantidades adecuadas de agua y soluciones electrolíticas.

Medicación equivocada

Si tu niño todavía tiene fiebre mientras toma antibióticos, podría ser porque el médico ha recetado el fármaco incorrecto, pues cada antibiótico tiene un rango de acción específico contra una determinada variedad de bacterias y el especialista elige en función de lo que su experiencia le dice que funcionará.

Sin embargo, si el antibiótico que está tomando tu niño no es efectivo contra la bacteria que causa la infección o si ésta se hace resistente a los antibióticos, la fiebre persistirá.

Reacción a la medicación

En algunos casos, el antibiótico podría provocar la fiebre. Los antibióticos Beta-lactamos, que incluyen penicilina, han mostrado causar fiebre en algunos casos.

Si el antibiótico es la causa de la fiebre, ésta debería desaparecer al terminar el tratamiento.

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Tu niño podría desarrollar fiebre si es alérgico al antibiótico o a alguno de sus ingredientes. Generalmente, la fiebre causada por alergias es inmediata.

Si tu niño la experimenta después de consumir un antibiótico, contacta con tu médico.

Consideraciones

Los antibióticos suelen tomar un par de días para empezar a funcionar, por lo tanto es normal que la fiebre persista, incluso cuando la medicación es la adecuada.

Si ésta persiste más de unos días, contacta con tu médico para una revaluación de la enfermedad.

Si la fiebre baja después de unos días, continúa el tratamiento antibiótico hasta que se termine.

Aunque tu niño se sienta mejor, en su sistema puede seguir presente la bacteria que originó la infección por algún tiempo.

ADVERTENCIA: Este artículo no debe considerarse como un equivalente de una consulta médica profesional. Consulte a su médico de confianza ante cualquier duda sobre este u otro tema relacionado con su salud.

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