Step 1

Recoge una muestra de orina de tu perro. Si tienes una hembra, coloca un recipiente limpio, debajo de ella cuando se pone en cuclillas. Para los machos, simplemente coloca el recipiente en la dirección de la corriente cuando levanta la pata. Trata de llevar la muestra a un veterinario dentro de las 24 horas de recogida y guárdala en el refrigerador.

Step 2

Lleva a tu cachorro al veterinario. El médico hará pruebas en la muestra de orina y te dirá si tu perro tiene una infección del tracto urinario o algo más grave, como diabetes o problemas renales.

Step 3

Examina el pene de tu cachorro si es macho. Muchos perros tienen una colección de secreción en el extremo de sus penes. Esta secreción que puede incluir sangre, orina y pus se llama esmegma. Si el esmegma es de color blanco, por lo general no presenta ningún motivo de preocupación, según el sitio web de veterinaria Pet Place. Sin embargo, si la secreción es de color verde o amarillo, puede indicar una infección y se necesitan antibióticos para resolverlo.

Step 4

Oculta la medicación de tu mascota en un alimento suave o un trozo de carne o queso si el veterinario prescribe antibióticos por vía oral. Si deseas colocar el medicamento en la boca, mantén la píldora entre el pulgar y el dedo índice de tu mano dominante. Abre la boca de tu perro mediante la colocación de presión sobre la mandíbula superior con la mano no dominante y disminuye la presión en la mandíbula inferior con la mano dominante. Coloca la pastilla lo más atrás en la boca de tu perro lo más rápidamente como sea posible y cierra su mandíbula. Frota el cuello y sopla una bocanada de aire en la nariz para animarle a tragar. Observa a tu perro durante unos minutos después para asegurarte de que se tragó la píldora.

Step 5

Lleva a tu mascota, junto con otra muestra de orina, al veterinario en unos 10 días para un nuevo examen. El médico probablemente analizará la muestra de nuevo para asegurarse de que la infección se ha aclarado.