Daño por fricción

Cuando la presión del agua hace que el tubo entre y salga del interior y exterior de la tierra, puede que pequeños residuos de barro queden atrapados entre dicho tubo y la pared interior del regador. Con el tiempo, puede causar rayaduras en el tubo de plástico. Cuando se acumulan estas rayaduras, causan fricción entre las 2 piezas de plástico y detener la rotación del cabezal. Cuando esto suceda, deberás reemplazar toda la unidad.

Engranaje dañado

El interior de un regador giratorio contiene pequeños engranajes que lo mueven. Estos engranajes dependen del agua para lubricar y girar el rociador de hacia un lado y al otro. Es posible que los engranajes se desgasten con el tiempo, haciendo que el cabezal se pegue o rote muy lentamente. La mayoría de los engranajes y regadores no pueden ser reparados, por lo que tu única opción será reemplazar toda la unidad.

Presión baja del agua

Los regadores giratorios necesitan una presión constante y fuerte de agua para funcionar correctamente. Cuando haya una nueva construcción cerca, o la ciudad esté probando el agua, la presión puede bajar sustancialmente y el mecanismo de rotación no va a funcionar. Si sospechas que la presión del agua es baja, contacta a tu proveedor de agua y pregúntale si se trata de un problema temporal y para cuándo se espera que se normalice la presión.

Daño físico

No es raro pisar un regador accidentalmente con una cortadora de césped o un vehículo. Cuando esto sucede, se puede aplastar el cabezal. Un regador dañado no gira correctamente. También puede aplastarse la boquilla o agrietarse el cuerpo del regador. Deberá ser reemplazado por una unidad nueva. Algunos están disponibles con tapas de metal, que pueden reducir los daños causados ​​por accidentes.