Cómo enseñar las virtudes cardinales a los niños

Escrito por Nicole Schmoll ; última actualización: February 01, 2018
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Las Virtudes Cardinales se remontan a los primeros escritores cristianos, como San Ambrosio y San Agustín, quienes trataron de codificar una norma de ley moral para los seres humanos sobre la base de la ley de Dios revelada en la Biblia. Con el tiempo, estas normas se convirtieron en las virtudes cardinales dentro de la doctrina católica romana, de los cuales cuatro son identificadas como cardinales, ya que todas las demás virtudes dependen de ellas para su ejecución y son: la prudencia, la justicia, la templanza y la fortaleza.

Explica el concepto de "cardinal" a los niños con el ejemplo de la bisagra de una puerta. Lleva al niño o niños que estás instruyendo a una puerta cercana y muéstrales la bisagra. Pide voluntarios para abrir y cerrar la puerta. Explica que la bisagra soporta el peso de la puerta y permite que se mueva y sea útil. Explícales que las virtudes cardinales son como la bisagra de la puerta, que apoyan la ejecución adecuada y coherente de todas las otras virtudes morales.

Explica el concepto de virtud contrastándolo con el de vicio. Ayuda a los niños a entender la diferencia entre el bien y el mal pidiendo ejemplos de "buenas" acciones (por ejemplo, ayudar a un vecino, recoger los juguetes, obedecer a los padres, hacerse amigo de otros niños) y de "malas" acciones (por ejemplo, golpear a otros, herir a los demás, desobedecer). Explica que una virtud es algo bueno y una virtud cardinal es la más buena de las virtudes.

Escribe los números del 1 al 4 como una lista en una hoja de papel. Al lado de cada número, escribe las palabras: prudencia, justicia, templanza y fortaleza. Introduce estas palabras como las cuatro virtudes cardinales y dedica el resto del tiempo de la lección de ese día a la historia detrás de su desarrollo (por ejemplo, quién acuñó los términos y cuánto tiempo hace que han sido establecidos).

Crea cuatro planes de estudio que aborden las cuatro virtudes de una en una. Explica qué significa cada virtud y demuestra lo que son mediante la identificación y discusión de las personas que presentan esa virtud. Por ejemplo, selecciona un gobernante o rey que haya sido conocido sobre todo por ser muy justo, para que los niños comprendan mejor lo que significa esa virtud. Da ejemplos de comportamientos que demuestran cada virtud, como por ejemplo la fijación de precios justos o la imparcialidad de la justicia.

Planifica una revisión al final de cada lección y al final de todas las horas de las lecciones para revisar la historia y el contenido de cada virtud. Desafía a los niños a ejecutar, o actuar cada virtud esa semana, centrándose en una virtud específica cada día. Utiliza el tiempo de clase para hablar de lo difícil o fácil que es desarrollar las virtudes y discute junto con los niños maneras que puedan demostrar estas virtudes a sus padres y amigos.

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