La diferencia entre un sensor de calor y un termostato para un horno

El sensor de calor y el termostato funcionan juntos en el horno.

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Los hornos modernos tienen un sistema de control complicado para regular la temperatura. Esto coloca a los hornos eléctricos y a gas actuales un paso por encima de los hornos a leña de antes. Los sensores de calor y los termostatos son parte de las innovaciones de los hornos modernos para ayudar a regular la temperatura. Comprender cómo ambos se relacionan (y difieren) te ayudará con el mantenimiento de tu horno en caso de que necesitase reparaciones o ajustes.

Sensor de calor versus termostato

El sensor de calor y el termostato no son lo mismo. El sensor de calor es como un termómetro que mide el calor dentro del horno. El termostato es un interruptor de encendido-apagado para encender o apagar el elemento de calefacción dependiendo de los resultados del sensor de calor. Si llevas el horno hasta los 500 grados Fahrenheit (260 grados Celsius) para intentar calentarlo a 300 grados Fahrenheit (148,8 grados Celsius) más rápido, no funcionará. El horno no calentará más rápido. El termostato no cerrará el elemento de calefacción hasta que el sensor de calor indique que el horno ha llegado por encima de los 500 grados Fahrenheit. Simplemente configura el horno a la temperatura requerida y ten paciencia. No puedes acelerar el grado de calefacción.

Cómo funciona un horno

Los hornos eléctricos o a gas básicamente controlan su temperatura a través de la relación entre el sensor de calor y el termostato. El sensor posee una bombilla pequeña llena con un gas o líquido sensible a la temperatura. Los cambios en la temperatura dentro del horno hacen que el líquido o el gas de la bombilla se expanda. Esto activa el termostato para prenderse y apagarse. Cuando el termostato se enciende, el elemento de calefacción o el quemador dentro del horno se prende hasta que el sensor de calor activa el termostato para que corte la fuente de calor porque el horno ya ha alcanzado la temperatura necesaria.

Probar el termostato

Si sospechas que el horno no está cocinando a la temperatura correcta, puede que necesites recalibrar el termostato. Precalienta el horno y coloca un termómetro de horno adentro. Si la temperatura se encuentra entre 25 y 50 grados Fahrenheit (-3,88 y 10 grados Celsius) lejos de la temperatura establecida y la temperatura verdadera, puedes ajustar el termostato para recalibrarlo. Si la diferencia de temperatura es superior a los 50 grados Fahrenheit (10 grados Celsius), tendrás que reemplazar tanto el sensor de calor como el termostato.

Ajustar el termostato

Usa un destornillador Phillips para ajustar el termostato que está levemente desconectado. Jala la perilla de control del frente del horno para ubicar el control de ajuste del termostato. Gira el control a más caliente si la temperatura dentro del horno era inferior a la temperatura establecida, o gira el control en la dirección contraria si el horno estaba más caliente de lo que querías. Reemplaza la perilla y vuelve a probar el termostato.

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