Los efectos de la deforestación en el ecosistema

La deforestación puede tener un impacto significativo en la salud de un medio ambiente.

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La Isla de Pascua es muy reconocida actualmente por sus estatuas enigmáticas. No obstante, también puede ser una imagen de las ramificaciones a largo plazo por la mala administración del medio ambiente, según explica el libro "Medio ambiente esencial" (Essential Environment), de Scott Brennan y Jay Withgott. Estudiando la evidencia arqueológica y los granos de polen en los centros de lodo, los científicos descubrieron que sus habitantes pueden haber deforestado la isla a lo largo del tiempo, lo que condujo a la erosión de la tierra que, finalmente, socavó a la que una vez fue una civilización orgullosa. A pesar de que los efectos de la deforestación no siempre son tan drásticos, sí puede tener consecuencias serias y de gran magnitud para la salud de un ecosistema.

Destrucción del hábitat

La primer consecuencia de la deforestación es la destrucción del hábitat. Muchas especies distintas de plantas y animales viven en los bosques y, al ser destruidos, también se elimina el hábitat y los seres vivientes pierden su hogar. Por ejemplo, algunas aves como los pájaros carpinteros, que están acostumbrados a la humedad del suelo y construyen nidos y viven en los árboles o las plantas que buscan la sombra, podrían verse expuestos a la totalidad de la luz del sol y el resecamiento rápido de la tierra. Los organismos que son incapaces de competir o sobrevivir en estas condiciones alteradas podrían morir y, los demás organismos que dependan de las especies en extinción como fuente de alimentos también terminarían muertos. Según "Medio ambiente esencial", la destrucción del hábitat es una de las causas principales que contribuye a la desaparición de la vida salvaje.

Fragmentación del hábitat

La deforestación a veces puede hacer que las especies que habitan en los bosques queden restringidas a porciones de hábitat mucho más pequeñas y dispersas, un proceso que se conoce como fragmentación del hábitat. Las especies tales como los osos o leones de montaña que necesitan amplios espacios de tierra pueden morir. Los límites de estas pequeñas porciones de hábitat también podrían resultar alteradas por las interacciones entre las distintas comunidades de especies en los alrededores de las zonas deforestadas, lo que incrementaría la pérdida de las especies.

Erosión de la tierra

Los árboles y las demás plantas ayudan a mantener la tierra firme en su lugar con sus raíces. También actúan como rompevientos para frenar o disminuir la velocidad de la erosión del viento. La pérdida de los árboles y las plantas podría hacer que el suele se erosione con mayor rapidez, lo que dificultaría aún más el trabajo de las plantas para recolonizar la tierra que ha quedado vacía por la deforestación. Si la tierra está junto a una región desértica, la pérdida de la cubierta de la tierra, el aumento de la evaporación y la subsiguiente erosión del suelo, a veces pueden provocar un deterioro de la tierra hasta convertirla en desierto, un proceso que se conoce como desertificación.

Pérdida de los nutrientes

En muchos bosques pluviales tropicales, la tierra de hecho carece de nutrientes; las condiciones húmedas y cálidas promueven la gran descomposición y los nutrientes de los organismos muertos o en estado de putrefacción se reciclan rápidamente. La mayoría de los nutrientes del ecosistema están almacenados en las plantas más que en el suelo mismo. Según "Medio ambiente esencial", cuando se realiza una tala indiscriminada en un bosque tropical, la tierra que queda suele ser pobre en nutrientes y, en consecuencia, difícil de explotar para los granjeros.

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