Efectos del abuso verbal y emocional en un matrimonio

El abuso verbal y emocional en un matrimonio puede ser muy destructivo.

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El abuso verbal y emocional en el matrimonio es una forma de abuso doméstico que puede tener efectos extremadamente perjudiciales en la víctima. A diferencia de lo que ocurre con el abuso físico, no hay cicatrices ni heridas evidentes cuando se abusa emocionalmente de una persona. En su lugar, el abusador usa palabras y acciones para herir, controlar y manipular a su cónyuge de forma intencional. Cuando una persona está todo el tiempo enojada, resentida, criticando, ridiculizando y acusando a su pareja, se está comportando de manera abusiva emocionalmente.

Separación de la familia

Según el psicólogo y autor Stephen Stosny en Psychology Today, cuando un matrimonio es abusivo emocional y verbalmente, los efectos pueden perdurar y ser mucho más profundos que en el caso del abuso físico. Esto se debe a que el abuso emocional tiende a ocurrir todos los días y durante años sin que los amigos o familiares de la víctima se percaten. Al final, la frecuencia del abuso agobia a la persona y provoca una ruptura cada vez mayor en el matrimonio. El abuso verbal y emocional acabará por desvanecer el amor y la compasión en el matrimonio, haciendo que la víctima pase sus días andando con pies de plomo para mantener la paz. Además, si hay niños que presencien el abuso en el matrimonio, eso los puede hacer sentir ansiosos, menos predispuestos a socializar con otros y emocionalmente distantes, según el experto en matrimonio Mort Fertel en el sitio web Marriage Fitness.

Dominio y control

El abusador en el matrimonio obtendrá gradualmente el control de la víctima para debilitarla, quitarle el poder y tenerla a su merced. La consejera matrimonial Alicia Walker dice que esto puede implicar tomar el control de sus finanzas, calendario social, contacto con amigos y familiares, compromisos laborales y pasatiempos. La víctima comenzará a sentirse aislada; también es común que el abusador corte el contacto con la gente que le brinda apoyo en su vida y que implique una amenaza en su plan de controlar a su pareja, agrega Walker. Finalmente, este control y manipulación actúan como una forma de lavado de cerebro que hará que la víctima se rinda ante las demandas de su cónyuge sin preguntar u oponer resistencia que, a su vez, alienta a que el comportamiento se convierta en un ciclo y patrón repetitivo.

Baja autoestima

El mimebro del matrimonio que padezca el abuso emocional y verbal desarrollará una autoestima muy baja porque los ataques se sentirán personales y, por ende, es probable que las víctimas empiecen a culparse a sí mismas, dice Stosny. Por ejemplo, si el abusador le dice a su esposa todos los días que es fea, una pésima madre, una mala persona y que en verdad no le cae bien a nadie, ella comenzará a interiorizar los comentarios de su esposo y creerá que son ciertos. Esto dañará su confianza y, en consecuencia, su capacidad para desafiar a su marido cuando se comporte de esa forma, reforzando el control que ejerce sobre ella.

Depresión

Cuando las personas sufren un abuso emocional y verbal en su matrimonio corren el riesgo de deprimirse, afirma Walker. Con el tiempo, el matrimonio podría volverse muy aislado, ya que la víctima se aleja y se somete a las demandas de su cónyuge. La depresión puede empeorar aun más la situación, pues el abusador puede usarla como otra crítica para enfatizar la debilidad de la víctima, sobre todo si ésta lucha para llevar a cabo su rutina diaria y vivir con normalidad. Sin el apoyo de su cónyuge, será muy difícil recuperarse de la depresión, por lo que la condición podría continuar por largo tiempo y promover la inestabilidad en el matrimonio todavía más.

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