Efectos secundarios de los suplementos de hierro para lactantes

El hierro es vital para el crecimiento y desarrollo de tu bebé, pero el exceso de hierro puede ser perjudicial para su salud.

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Durante el último trimestre del embarazo, las madres dan a sus bebés el hierro suficiente para sostenerlos durante los primeros cuatro meses de vida. La mayoría de los bebés tienen cantidades adecuadas de este nutriente de los alimentos ricos en hierro o fórmula fortificada con hierro después de cuatro meses. Si estás preocupada acerca de los niveles de hierro de tu bebé, habla con tu pediatra antes de suplementar a tu pequeño. Tu médico puede verificar los niveles de tu bebé para determinar si necesita hierro adicional. EL hierro en exceso puede causar efectos secundarios incómodos e incluso mortales en el bebé.

Papel del hierro

El hierro, un mineral que interviene en el transporte de oxígeno por todo el cuerpo del bebé, es necesario para la regulación del crecimiento y la diferenciación celular. Sin suficiente hierro, las células de tu bebé no recibe suficiente oxígeno, causando debilidad y fatiga y dificulta el crecimiento y el desarrollo. La ingesta adecuada de hierro para lactantes hasta los 6 meses de edad es de 0,27 miligramos. Los bebés de 7 a 12 meses de edad necesitan 11 mg de hierro al día. La mayoría de los bebés de esta edad cumplen esta recomendación a través de alimentos fortificados con hierro.

Cambios en las deposiciones

Los cambios en los movimientos intestinales pueden provocar molestias en el estómago y hacer que tu pequeño esté irritable y quisquilloso.

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El estreñimiento es uno de los efectos secundarios más comunes de la administración de suplementos de hierro. El sitio web KidsHealth afirma que los bebés se tensan durante la defecación porque están acostados sobre sus espaldas, pero si tu bebé llora o su materia fecal está dura y es pequeña él está estreñido. Por otra parte, el exceso de hierro puede causar diarrea y también oscurece las heces de tu bebé. Los cambios en los movimientos intestinales pueden provocar molestias en el estómago y hacer que tu pequeño esté irritable y quisquilloso.

Náuseas, vómitos y acidez estomacal

El University of Maryland Medical Center incluye náuseas, vómitos y acidez estomacal como tres efectos secundarios de los suplementos de hierro. Si tu bebé sufre de estos síntomas, puede perder el apetito. Consulta con tu médico si tu bebé vomita y se niega a comer, porque esto puede interferir con su crecimiento y desarrollo. Las sobredosis de hierro severas pueden matar las células en el tracto gastrointestinal de tu bebé, lo que provoca vómitos, diarrea con sangre y, potencialmente, incluso la muerte.

Recomendaciones de los suplementos de hierro

La American Academy of Pediatrics recomienda un suplemento de hierro oral de 1 miligramo por kilogramo de peso corporal al día, pero siempre habla con tu pediatra antes de tomar suplementos.

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Si estás en periodo de lactancia y no alimentas a tu bebé con alimentos sólidos a los 4 meses de edad, la American Academy of Pediatrics recomienda un suplemento de hierro oral de 1 miligramo por kilogramo de peso corporal al día, pero siempre habla con tu pediatra antes de tomar suplementos. Una vez que el bebé comienza a comer alimentos sólidos, probablemente obtendrá todo el hierro que necesita a través de cereal fortificado con hierro, la carne de vaca hecha puré y otros alimentos ricos en hierro. Si la alimentación es con fórmula, dale a tu bebé una fórmula fortificada con hierro. Los bebés prematuros pueden necesitar hierro adicional debido a que no tienen tiempo suficiente para impulsar sus reservas antes de entrar en el mundo, así que habla con tu pediatra acerca de la complementación de tu bebé prematuro.

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