La relación entre depreciación acumulada y gastos de depreciación

Cuando una empresa realiza la compra de un activo de importancia para el negocio como una maquinaria, un edificio o mobiliario nuevo, no carga dicho desembolso contra el estado de resultados de forma inmediata; asigna el costo de la inversión a varios ejercicios contables de manera correlativa al tiempo durante el cual, esos bienes o inversiones impulsarán los ingresos.

Por ejemplo, si una empresa compra un vehículo nuevo buscando reforzar su canal de distribución e impulsar sus ingresos por los próximos cinco años, la compañía creará una “cuenta de valuación” en los activos del balance general que llamará depreciación acumulada de vehículo, para reflejar el desgaste o pérdida de valor del mismo por el tiempo en que éste prestará servicio a la compañía.

Solo una porción del valor depreciado del bien se carga contra el estado de resultados de forma periódica o año a año, el cual es conocido como gasto de depreciación, cuyo importe a su vez incrementa la depreciación acumulada y reduce el valor en libros del activo.

Explicamos tanto la diferencia como la relación entre la depreciación acumulada y los gastos por depreciación.

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La depreciación en contabilidad

Todos los activos, a excepción de los terrenos, se deprecian basándose en criterios económicos y principios contables.

La depreciación es el procedimiento a través del cual se reconoce el desgaste o pérdida de valor que experimenta un activo por el uso que brinda a la empresa.

La inversión en un activo fijo de largo plazo no puede ser gravada en su totalidad en el momento de la compra; se trata de un bien que debe ser capitalizado y registrado como un activo en el estado de balance.

Con el tiempo, las empresas deprecian los activos a medida que disminuye su valor y cargan apropiadamente los costos de adquisición a los gastos de depreciación.

La cuantía de los gastos de depreciación asignados varía durante un período determinado en función de los métodos de depreciación utilizados. Las empresas pueden depreciar un activo basado en el uso o desgaste, el tiempo transcurrido o la pérdida de valor estimada.

A partir de la vida útil del activo o plazo por el cual se hará uso dentro de la actividad productiva, se creará en el balance una “cuenta de valuación” llamada depreciación acumulada que inicia en cero y progresivamente carga una porción de valor del bien hasta el momento de su desincorporación. La depreciación acumulada resta el valor en libros del activo determinando un valor neto o residual.

Año a año la porción de valor del bien o importe que carga contra la depreciación acumulada se graba en el estado de resultados como gasto por depreciación, en calidad de un cargo periódico y progresivo al costo de compra original del activo.

Las compañías usan estos métodos racionales y sistemáticos para aplicar el costo del activo a los gastos durante la vida útil del mismo. En síntesis, el monto total del gasto de depreciación que ha sido cargado hasta dicho momento, se llama depreciación acumulada, que es la reducción directa del costo original del activo.

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Depreciación acumulada y gastos de depreciación

El sitio accountingtools.com discrimina entre gasto por depreciación y depreciación acumulada, aludiendo que el gasto de depreciación es el cargo periódico que la empresa aplica contra el valor del activo en cada ejercicio económico, el cual, acumula en el balance contra el valor de bien en la cuenta de depreciación acumulada.

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El gasto de depreciación

El gasto de depreciación es el resultado de la asignación del costo del activo basado en el uso del mismo; y dado que los activos fijos no se utilizan en un periodo contable único, las empresas incurren en dicho gasto sólo en la cantidad que corresponde al uso del activo en ese período.

En armonía con la contabilidad de causación, cotejar los gastos de depreciación del activo con su uso, asegura que el costo total del activo se asigne en el tiempo para que coincida con los ingresos que el activo ayuda a generar en cada período.

Como resultado, las empresas pueden reportar adecuadamente el gasto de depreciación en el estado de resultados y restarlos de los ingresos brutos para generar ingresos gravables.

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La depreciación acumulada

A medida que las empresas cargan el costo de los activos a los gastos de depreciación, estos se acumulan. Cuando la depreciación acumulada es igual al costo del activo, menos cualquier valor residual, se considera que el activo está totalmente depreciado.

La depreciación acumulada se reporta en el balance general como una cuenta de valuación respecto a los activos fijos, coloquialmente “negativa” a la cuenta de activo.

Para registrar la depreciación de activos, las empresas cargan la cuenta del gasto de depreciación con el gasto recurrente y abonan en la cuenta de depreciación acumulada para añadir dicho gasto actual al saldo existente de la acumulación.

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El valor del activo

Mientras que el gasto de depreciación es una porción de la disminución del valor del activo, la depreciación acumulada es la forma de medir el valor restante del activo.

Las empresas informan el valor inicial de un activo con su valor de compra y mantienen el costo histórico según lo registrado en el balance general, sin ningún ajuste para revaluar el activo de acuerdo al cambio del valor justo de mercado.

Sin embargo, la compañía debe informar de la pérdida en el valor del activo por el uso del mismo mediante el registro en cada ejercicio contable del valor de “planta, propiedad y equipos neto”, que es el valor de los activos restantes después de la depreciación total acumulada.

Matemáticamente, el valor neto del activo se expresa como el costo de compra de un activo menos la depreciación acumulada.

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