Enfermedad degenerativa de columna en perros

El dachshund es una de las razas más afectadas por la enfermedad degenerativa de disco.

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La enfermedad degenerativa de disco canina y la mielopatía degenerativa son dos enfermedades espinales degenerativas comunes en los perros. "Degenerativa" significa que el inicio es gradual y no repentino, y dependiendo del caso, "gradual" puede significar de un par de horas hasta un par de semanas. Si bien la enfermedad de disco degenerativa canina es en realidad una enfermedad de los discos de la columna vertebral, y la mielopatía degenerativa es una enfermedad de la médula espinal en sí, se cree que ambas son hereditarias y afectan a ciertas razas más que otras.

Enfermedad de disco degenerativa canina

La enfermedad de disco degenerativa canina se produce cuando un disco de la columna lentamente se deteriora y estalla. Los discos de la columna vertebral son estructuras de goma llenas de un líquido similar a un gel que actúan como cojines entre las vértebras y ayudan a proteger la médula espinal. Cuando el disco estalla, es más a menudo del lado más cercano a la médula espinal, ya que es donde las paredes del disco son más delgadas. Cuando esto sucede, el líquido similar a un gel en el interior se escapa y presiona en la médula espinal del perro. Es esta presión la que le causa dolor y posible parálisis. Vas a notar que tu perro parece estar menos dispuestos a moverse debido al dolor, o puede haber perdido la capacidad de utilizar dos o todas sus patas. Las razas que comúnmente son afectadas por esta enfermedad incluyen el dachshund, el pequinés, el lhaso apso y el cocker spaniel.

Fases y tratamiento de la enfermedad degenerativa de disco

La enfermedad degenerativa de disco canina se clasifica en cinco etapas que parcialmente determinan cómo tu veterinario indicará el tratamiento. La etapa I es la más leve y con frecuencia se corrige por sí sola. El dolor asociado con esta fase de la enfermedad es lo suficientemente leve que es posible que tu perro esté en esta condición sin que ni siquiera lo sepa. La etapa II de la enfermedad se asocia con un dolor más moderado, pero no hay parálisis, mientras que la etapa III es la primera etapa en la que se ve un poco de parálisis. En la etapa III, la parálisis será parcial, y probablemente parecerá como si tu perro hubiera perdido la coordinación. La mayoría de los veterinarios tratan las etapas II y III con medicación antiinflamatoria. La etapa IV se evidencia por una parálisis en la que tu perro ha perdido habilidades de movimiento, pero todavía puede sentir. La etapa V es la más grave. En esta etapa, tu perro se ha perdido el movimiento y la sensación. Tu veterinario probablemente te sugerirá la cirugía si tu perro está en la etapa IV o V. El objetivo de la cirugía es eliminar la presión de la médula espinal. Con el tratamiento adecuado, las posibilidades de que tu perro tenga una recuperación total de la enfermedad van del 20 al 95%, dependiendo de la etapa de la enfermedad en el momento del tratamiento y el tiempo que tu perro ha tenido la ruptura antes del tratamiento. Ponerte en contacto con un veterinario tan pronto como sea posible es la clave para la recuperación.

Mielopatía degenerativa

La mielopatía degenerativa se caracteriza por la muerte gradual de la médula espinal. Si bien se desconoce la causa de la enfermedad, la muerte de la médula espinal en la mielopatía degenerativa es una reacción a la ruptura de una membrana que la rodea, llamada vaina de mielina. La primera señal de esta enfermedad es normalmente el arrastre de las patas traseras del perro. Si tu perro está haciendo esto, se notará en las uñas de sus patas traseras. También se puede notar disminución de los movimientos de la cola de su perro, debilidad en las patas traseras, o dificultad para orinar o defecar. Esta enfermedad es más común en los pastores alemanes, pero se ha visto en unos cuantos otros perros grandes y en el welsh corgi. El inicio se ha visto en perros jóvenes de cinco años de edad, pero es más común entre los nueve y los 11 años de edad.

Diagnóstico de la mielopatía degenerativa

Debido a que no existe una prueba real para la mielopatía degenerativa, el diagnóstico constará que tu veterinario realice una serie de pruebas para otras enfermedades neurológicas para descartarlas. Tu veterinario probablemente también considerará la raza de tu perro cuando determine si es la mielopatía degenerativa lo que probablemente esté enfermando a tu perro. Las pruebas que se efectúan por tu veterinario pueden incluir una mielografía, una resonancia magnética y una tomografía computarizada.

Tratamiento para la mielopatía degenerativa

No hay manera de curar mielopatía degenerativa. El tratamiento para esta enfermedad se centra más bien en evitar que progrese. Las formas más comunes de prevención de la progresión incluyen medicación, ejercicio y suplementos vitamínicos. El ácido aminocaproico y N-acetilcisteína son los dos fármacos veterinarios utilizados para tratar esta enfermedad. En algunos casos, la progresión no sólo se ha visto frenada por estos medicamentos, sino que los perros han entrado en remisión de la enfermedad. Las vitaminas B, E y C, la levadura, el selenio y los ácidos grasos Omega-3 también pueden ayudar a retrasar la progresión de la mielopatía degenerativa, pero siempre consulta a tu veterinario antes de darle cualquier tipo de suplementos a tu perro, ya que muchos de ellos pueden tener efectos negativos si no se utilizan adecuadamente. Tu veterinario también le ayudará a desarrollar un programa de ejercicios adecuado para tu perro.

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