Enfermedades que marchitan a las mimosas

Las mimosas son apreciadas por sus flores únicas y sus hojas sensibles.

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Las plantas y árboles llamados mimosa son atractivos y se utilizan ornamentalmente porque crecen rápido pero son relativamente pequeños cuando maduran. Las mimosas saludables son resistentes a la mayoría de las enfermedades y plagas. Pero pueden marchitarse debido a problemas menores como un cuidado inadecuado o a ataques de insectos, pero es más común que las mimosas se marchiten debido a una enfermedad más seria provocada por el hongo Fusarium.

Información sobre las plantas

Las mimosas son miembros de la familia Leguminosae y del género Albizia, que consiste de más de 400 plantas herbáceas, perennes, arbustos y árboles presentes en muchas partes del mundo. Muchas especies de mimosas doblan sus hojas durante la noche y vuelven a abrirlas por la mañana para absorber la luz del sol.

Síntomas de marchitez por Fusarium

Los primeros síntomas de que una mimosa tiene marchitez por fusarium se ven si desprendes la corteza para observar la madera. Aparecerán líneas marrones tanto debajo de la corteza como en las raíces. A mediados de verano, las hojas comienzan a marchitarse y ponerse amarillas y el nuevo crecimiento se detiene. Las ramas infectadas pueden perder sus hojas. El amarillamiento y la marchitez se disemina a otras ramas con el paso de los meses de verano y en el otoño. Algunas plantas pueden morir antes de que pase un mes del primer marchitamiento de las hojas. Las que sobreviven comienzan a mostrar rajaduras en la corteza. También puede aparecer en esas rajaduras un liquido espumoso de olor desagradable. Ocasionalmente, las mimosas infectadas por fusarium sobreviven hasta la próxima estación. Las hojas nuevas serán amarillas y pequeñas y la planta continuará con su deterioro.

Fusarium oxysporum

Fusarium oxysporum es el hongo de suelo que causa la marchitez. Sobrevive largos períodos de tiempo dentro del suelo a través de las clamidosporas, que son estructuras de membrana gruesa que permiten que el hongo esté inactivo pero viable. Si las raíces de potenciales hospederos crecen lo suficientemente cerca, las clamidosporas germinan y producen estructuras filamentosas llamadas micelios. Estas penetran en las raíces de las mimosas y se dirigen al tejido vascular, donde el hongo comienza a producir esporas para moverse a través de la savia y depositarlas en todo el tejido vascular de la planta. Esto obstruye el sistema vascular, haciendo imposible que absorba agua. El hongo puede producir esporas durante hasta dos años después de que la planta muere y puede ser transportado a otros hospederos mediante el agua, el aire o insectos.

Control

La marchitez por fusarium es una enfermedad fatal para las mimosas y no se la puede controlar ni tratar. Las plantas infectadas y sus partes deben ser destruidas y no usarse para hacer abono orgánico ni como mantillo. El hongo puede permanecer en el suelo durante largos períodos, así que reemplazar la planta enferma por otra mimosa nueva resultará en otra planta muerta. Sin embargo, las mayoría de las especies de árboles no son vulnerables al Fusarium oxysporum, por lo que otra opción es plantar árboles no susceptibles de un género diferente al Albizia y al Ailanthus para que el hongo se muera.

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