Step 1

Elige un punto de partida. Una línea de tiempo no necesariamente debe comenzar con el día de tu nacimiento. Puedes comenzar con tus padres o ancestros y seguir la pista de cómo los sucesos de sus vidas llevaron a los tuyos propios. O también puedes comenzar con un estadío tardío de tu vida como el principio de una relación importane o el comienzo de tu carrera.

Step 2

Divide tu línea de tiempo en segmentos. Considerar los sucesos año por año puede ser una tarea muy complicada. Seccionando tu línea en partes, puedes identificar con claridad las experiencias más importantes de cada período. Por ejemplo, puedes elegir dividir la línea en cinco o 10 partes, o hacerlo de acuerdo a los mayores cambios o movimientos de tu vida, como dijimos, durante y después de una relación significativa.

Step 3

Identifica de tres a cinco sucesos importantes en cada sector. Considera incluir las experiencias positivas y negativas, como así también las decisiones importantes que has hecho o los momentos de encuentro con gente especial o de influencia en tu vida.

Step 4

Tómate tiempo para hacer una reflexión personal. A medida que te des cuenta de las experiencias que hacen a tu vida, añade más detalles a tu línea de tiempo. Por ejemplo, puedes agregar notas acerca de cómo un suceso te hizo sentir o reflexiones sobre determinadas decisiones o experiencias que más adelante afectaron el rumbo de tu vida. No esperes terminar tu línea de tiempo de una sola vez. El proceso de crear una línea de tiempo cronológica lleva tiempo y consideración, y con una reflexión cuidadosa, te puedes encontrar queriendo incluir otras experiencias.

Step 5

Consulta tu línea de tiempo para planear futuras metas. Una línea de tiempo es una excelente herramienta para comprobar cómo los sucesos de tu vida han formado tu presente. También puede mostrarte situaciones en que deseaste haber actuado diferente o esperaste diferentes resultados. Usa tu línea de tiempo para prever cómo alcanzar futuras metas y llevar a cabo tus deseos.