Cómo escribir un guión para un spot de radio de 30 segundos

El spot de radio, aviso o cuña, son palabras poderosas o jingles pegadizo que toman toda la atención posible de los consumidores. El guión radial es una de las herramientas indispensables del locutor publicitario, y siempre se debe extender por un tiempo breve, de quince a treinta segundos, en los cuales debe compartirse toda la información básica acerca del producto o servicio. Mientras el público más conoce lo que se está publicitando, más rápida y efectiva debería ser la cuña. Muchos consideran que los spots son el pan y la mantequilla de la publicidad radial.

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Aquellos anuncios de mayor duración o con un lenguaje demasiado técnico pierden la atención del oyente. En cambio, los anuncios más cortos tienen el tiempo suficiente para llevar a cabo su propósito, el oyente sólo reconocerá la marca que se anuncia. Para ello, el guión debe elaborarse antes de la realización del espacio y así contar con una temporalización exacta de lo que sucederá durante la grabación.

Por otro lado, los avisos radiales deben responder a las siguientes preguntas para así convencer con mayor eficacia a todas las personas que escuchan la cuña: ¿de qué manera el producto beneficia o satisface al público objetivo?, ¿hay algún atractivo que no sea un beneficio real o tangible?, ¿a qué sector está dirigida la publicidad: trabajo, hogar o escuela?

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¿Qué tan largo es un script de 30 segundos para un anuncio de radio?

Piensa en un spot de 30 segundos en dos segmentos. El primer segmento hace hincapié en los beneficios del producto, y además debe contener tres actos: el dilema, el dolor y la solución. Mientras que el segundo cierra el anuncio con el lema. Pero primero, debes transmitir el beneficio que tiene tu producto para resolver el dilema del cliente.

Acto I. Debes captar la atención inmediata del oyente al señalar con fuerza el problema que necesita resolver. Podría ser en forma de una pregunta. Si tu anuncio falla en captar la atención del oyente, éste cambiará a otra estación de radio. En nuestra introducción, debemos presentar el dilema con una apertura engañosa y un problema implícito.

Acto II. Debes utilizar el dolor para reforzar la necesidad de resolver el dilema. En la introducción anterior debemos reforzar la apertura con la psicología inversa (el dolor de la negación), para demostrar la importancia del producto y terminar con otro aliciente, ¡ganar mucho dinero! Cuando se refuerzan elementos, permites al oyente justificar el golpe momentáneo al escuchar la primera línea.

Acto III. Proporcionas la solución y amablemente curas el dolor de los oyentes al resolver el dilema original con una llamada a la acción. La introducción termina por pedir al lector que lea este artículo para obtener la respuesta a su problema cotidiano.

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