Cultivo de la lechuga

La lechuga es un vegetal de fácil cultivo que usualmente produce grandes recompensas. Experimenta con el cultivo de diferentes tipos de lechuga desde las semillas en macetas o contenedores ubicados en un área fresca y luminosa. Escribe tus observaciones sobre el tiempo que requiere cada variedad para brotar (generalmente de tres a siete días) y alcanzar el momento de cosecha. Saborea la lechuga casera y compárala a la que se encuentra en las tiendas. Prepara una evaluación de sabor con tus familiares y amigos para ver si pueden determinar cuál lechuga es casera y cuál fue comprada en una tienda.

Conservación de la lechuga

Cuando la lechuga madura, frecuentemente se marchita, se torna de color marrón y pierde su carácter crujiente. Realiza un experimento para determinar el mejor método para conservar la lechuga. Córtala y colócala en una bolsa de plástico, en un tarro de vidrio cerrado al vacío y en un tarro de vidrio sin sellar. Almacena la lechuga en el refrigerador y verifícala diariamente para ver si se está marchitando o tornando de color marrón. Luego de dos semanas, retira la lechuga de los contenedores y escribe las últimas observaciones, incluyendo si cualquiera de las lechugas sigue siendo comestible.

Observación de tipos de lechuga

Ve a una tienda local o a un mercado agrícola y compra la mayor variedad de tipos de lechuga que sea posible. Llévalos a tu casa y realiza observaciones. Compara los tipos de lechuga en base a su color, textura, sabor, carácter crujiente, tamaño de hoja, duración antes de marchitarse y cualquier otro criterio que desees. Crea un cuadro para documentar las similitudes y diferencias de cada tipo de lechuga. Crea premios para cada tipo, que incluyan mejor color y mejor sabor.

La lechuga y el gas

Los niños, especialmente los varones, disfrutan hablar sobre el gas, pero muchos desconocen que los vegetales pueden producir su propio gas natural. Mezcla tiras de lechuga con aproximadamente 1/4 de taza de tierra y ubica la mezcla en un tarro de vidrio vacío. Estira el cuello de un globo de látex sobre la boca del tarro y fíjalo con una banda elástica. Coloca el tarro frente a una ventana y obsérvalo durante una semana. A medida que la lechuga se descompone, comenzará a liberar un gas que inflará el globo.