Cómo enseñar una lección basada en Santiago 1:22 a los niños de una escuela dominical

Enseña a los niños a seguir la Palabra de Dios.

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La Biblia dice que un cristiano debe hacer más que sólo ir a la iglesia y escuchar la Palabra de Dios, también debe aplicarla en su vida, actuar conforme a lo que ésta dice y obedecerla. Es importante enseñar este principio a los niños en la escuela dominical, para que cuando sean mayores no se aparten de este principio. Si aprenden a obedecer a Dios a una edad temprana, podrían hacer del mundo un lugar mejor para vivir.

Instrucciones

Haz una ayuda visual del versículo en una pizarra común o interactiva, o utiliza PowerPoint. Haz papelitos con el versículo escrito para repartir al final de la clase.

Lee el versículo a la clase. Santiago 1:22: "Pero sed hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, engañándonos a vosotros mismos". Haz que la clase repita el versículo contigo un par de veces.

Haz un debate en la clase. ¿Qué creen que es más importante, escuchar qué es lo correcto o hacerlo? ¿Por qué? ¿Alguno de ustedes ha oído la expresión de que las acciones dicen más que las palabras? ¿Qué creen que significa eso? Si un hombre dice que es honesto, pero le roba a la gente, ¿es honesto o un ladrón? Si alguno dice que es honesto, pero le miente a la gente, ¿es honesto en realidad o es un mentiroso? Eso es lo que quiere decir el dicho: "las acciones dicen más que las palabras"; que cada uno está definido por sus acciones, no por lo que dice de si mismo. Es por eso que la Palabra de Dios dice que seamos hacedores de la palabra; es decir, obedecer lo que aprendemos o leemos de la Biblia. Cualquier persona puede escuchar sobre hacer lo correcto, pero un cristiano también debe practicar lo correcto.

Lee el versículo con la clase un par de veces más. Canta la canción "Confía y Obedece".

Juega con la clase "Jesús dice". Es similar a "Simón dice". Después del juego, habla sobre cómo los niños tenían que hacer las cosas que escuchaban decir a Jesús y que aquellos que mejor obedecieron, permanecieron en el juego por más tiempo. Dile a los niños que Dios dice que aquellos que actúan de acuerdo a lo que la Biblia enseña serán recompensados.

Enseña una lección objetiva. Llama a un niño frente a la clase. Entrégale un espejo y dile que se mire en él muy de cerca; pregúntale lo que ve. Después de que él responda, aleja el espejo. Pídele que le diga a todos lo que ve -color de pelo, ojos, forma de la nariz y así sucesivamente. Haz que el niño se siente. Pregunta a la clase si alguien se miró en el espejo esta mañana y si recuerdan exactamente lo que vieron. La Biblia dice que una persona puede mirar en un espejo, y luego no saber quién es realmente. También, dice que si alguien aprende y obedece lo que la Biblia dice, no se confundirá acerca de quién es -y será bendecido.

Abran las Biblias en el primer capítulo de Santiago. Lee los versículos 22-25. Luego, explica: "En el 22 dice que no sólo hay que escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Deben hacer lo que dice. En el 23 señala que el que escucha la palabra, pero no hace lo que dice, es como alguien que se mira el rostro en un espejo y, como dice el versículo 24, después de hacerlo se va e inmediatamente se olvida de cómo es. Y el 25 enseña que el que mira atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella -no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo- será bendecido en lo que haga".

Termina con una conclusión. "Si alguien piensa que está bien decir que es un cristiano, pero no vive como tal, es un mentiroso que se está engañando a si mismo. Satanás quiere que creamos mentiras, y que está bien para hacer las cosas mal, siempre y cuando vayamos a la iglesia, también quiere que pensemos que los cristianos pueden desobedecer a Dios sin consecuencias. Recuerden que "las acciones dicen más que las palabras". ¿Tus acciones dicen eres un cristiano? Tal vez tengas que serlo.

Haz una invitación. Pide a los niños que inclinen sus cabezas. Coloca música tranquila. La Biblia dice que debido a que somos pecadores y desobedecemos a Dios, merecemos ir al infierno. Dios hizo un camino para que podamos escapar del infierno cuando envió a Jesús para salvarnos. Si te gustaría saber cómo puedes estar seguro de que irás al cielo cuando mueras, levanta la mano. Haz que trabajadores de la escuela dominical vayan hasta los niños que levantaron sus manos. Llévalos a un lugar diferente en la sala y que les den la salvación.

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