Buenas cualidades para un cajero

Un temperamento amigable y amable es una buena cualidad para un cajero.

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La descripción laboral de un cajero inicialmente puede parecer sencilla, ya que gran parte de lo que hace está implícito: sonreír, tomar el dinero del cliente y dar el cambio correcto. Sin embargo, un cajero debe poseer ciertas cualidades. Ya sea si estás buscando trabajo como cajero o si eres un gerente buscando contratar a alguien, hay varias cosas clave en las que debes poner atención.

Sociabilidad

Un buen cajero debería ser sociable naturalmente y tener buen trato con la gente. Si no le gusta trabajar con el público, entonces cualquier intento de tener un comportamiento amable puede parecer ensayado. Además, cuando las cosas se vuelvan estresantes, su verdadero temperamento introvertido puede surgir y el servicio al cliente será la primera cosa que olvidará. Debe gustarle estar cerca de la gente y tratarlos con cortesía idealmente no debería ser un comportamiento obligado (ver Referencia 2).

Profesionalismo

Siempre que se manejan grandes cantidades de dinero, el profesionalismo es algo esencial. El conocimiento matemático básico y una familiaridad con la contabilidad son importantes también, ya que los errores con la administración del dinero debe reducirse a un mínimo. También, el conocimiento acerca de toda la tienda es muy importante, ya que usualmente el cajero es que al que acuden los clientes para pedir información sobre la tienda o algún producto (ver Referencia 1).

Confianza

Para las personas tramposas, existen muchas maneras para tomar fondos de la compañía, así que la honestidad es no sólo una buena cualidad para tener, sino una esencial. Muchas veces, la descripción laboral de un cajero implica más que el simple trabajo en la máquina registradora. A menudo implica contar cajas, hacer entregas de dinero y organizar depósitos. Además, si se comete un error que no sea a propósito, es importante que sea lo suficientemente honesto para reportarlo, ya que cubrirlo por miedo al castigo hará que parezca sospechoso (ver Referencia 1).

Capacidad de realizar varias tareas

Durante las horas pico del negocio, un buen cajero debe ser capaz de realizar varias tareas a la vez. Por ejemplo, puede tener una larga fila de clientes mientras otros clientes se acercan a él para pedirle información acerca de productos o su localización en la tienda. Pueden ocurrir errores ocasionales, como el que no se escanee algún artículo o un cliente pida un reembolso complejo. Debería, idealmente, ser capaz de manejar todas estas cosas a la vez.

Perceptividad

Un buen cajero será capaz de identificar y resolver problemas antes de que surjan. No esperará hasta que una situación haya estallado hasta el punto en que esté fuera de control. Por ejemplo, si un cajero que está trabajando en la fila exprés ve a un cliente que entra con muchos artículos más del límite establecido, debería dejarlo pasar y revisarlo inmediatamente, pero pedirle de manera amable que para referencia futura debería optar por otra fila (ver Referencia 3).

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