¿Qué herramientas de navegación se utilizaban en el siglo XV?

Las exploraciones y los viajes largos de la década del siglo XV obligaron a los marineros a utilizar instrumentos de navegación.

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El siglo XV fue una época de gran exploración, especialmente con los europeos viajando a América, Asia, África y el Océano Pacífico. La política, economía y religión fueron las fuerzas detrás de estas empresas que resultaron en nuevos comercios, conquistas extranjeras y el desarrollo de imperios como España y Portugal. Los exploradores necesitaban más orientación durante estos viajes largos que el sol y la estrella del norte y buscaron la precisión a través del uso de instrumentos de navegación.

Brújula magnética

Perderse en el mar durante la Edad Media a menudo terminaba en tragedia, ya que los marineros se quedaban sin provisiones antes de tocar tierra. Los cielos nublados que bloqueaban al sol y la estrella del norte podían provocar que incluso los marineros más experimentados, como Cristóbal Colón quedaran desorientados y a la deriva. La brújula magnética se convirtió en una de las herramientas de navegación más importantes. Su aguja trabajaba con piedras imantadas para determinar la dirección de un barco. Algunos creían que la aguja tenía poderes místicos relacionados con la magia negra o el mismo diablo, pero la superstición no impidió que la brújula magnética fuera utilizada ampliamente por los que navegaban por aguas desconocidas.

Los astrolabios y los cuadrantes

Estas herramientas permitieron que los marineros calcularan su posición latitudinal, que es la distancia al norte o al sur del ecuador. El astrolabio circular era un instrumento de gran volumen, con dos orificios de visión y un puntero en movimiento en su centro. El puntero quedaba paralelo al horizonte cuando el instrumento se dirigía hacia la estrella del norte. Los marineros podían leer el ángulo entre los orificios de visión y el puntero para determinar la latitud de la nave. Los cuadrantes eran similares a los astrolabios, pero pesaban mucho menos, ya que se estaban compuestos de sólo cuartos de círculo. Si bien ambos instrumentos eran más precisos que la vista sola, no siempre eran exactos, sobre todo cuando un barco cruzaba por mares agitados, y era un reto para un navegante mantener las manos y el instrumento lo suficientemente estables como para tomar medidas.

Navegación por estima

Aunque los navegantes del siglo XV estaban mejorando sus lecturas de latitud, se esforzaban por entender su posición longitudinal, que les decía hasta qué punto había llegado el barco hacia el este o el oeste. Se basaban en varias acciones primitivas que formaban un método llamado estima. Era necesario que alguien realizara el tedioso trabajo de hacer un seguimiento de la posición de navegación, además de medir la velocidad del barco y el tiempo de viaje en una dirección dada. La brújula magnética ayudaba a registrar la dirección, pero recopilar los datos sobre la velocidad requería que los navegadores tiraran una cuerda con nudos para anotar cuán rápido el casco pasaba los nudos. Calcular el tiempo de viaje por lo general se realizaba con un reloj de arena, ya que el aire salado era corrosivo para los relojes de la época. Los miembros de la tripulación desafortunados debían voltear el reloj cada hora en el segundo exacto en que el último grano de arena caía. En general, el proceso de navegación a estima estaba plagado de limitaciones e imprecisiones que a menudo enviaban a un buque hacia aguas desconocidas. Algunos navegantes tenían más confianza en sus instintos marinos que en este método.

Sondaleza chica

Este instrumento permitía que los navegantes midieran la profundidad del agua y es una de las herramientas de navegación más antiguas del mundo, ya que se remonta a los antiguos egipcios. Estaba hecha de un carrete de mano, un peso de plomo de entre 16 y 20 libras (7 y 9 kg), y una larga cuerda que utilizaba tela o cuero para marcar las diferentes profundidades. Su longitud máxima era de 120 pies (37 m), lo que limitaba su uso a los puertos, bahías, ríos y aguas costeras poco profundas. Los marineros de alta mar del siglo XV utilizaban este instrumento a medida que su nave se alejaba de los puertos y se acercaba a la tierra para evitar golpear bajíos destructivos y mortales.

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