Historia de los churros

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Los churros son una receta de repostería en forma de espiral, parecidos a los buñuelos, cubiertos con canela y azúcar, o rellenos con natilla o jalea. Los churros fueron una comida popular para los pastores españoles y eventualmente fueron traídos al Nuevo Mundo. El churro ganó popularidad en América del Sur y Central, y pueden encontrarse ahora a lo largo de todo el continente americano. Es también aún popular en España.

Historia antigua

Hace siglos, los pastores españoles solían hacer churros mientras atendían ovejas churras en las alturas de las montañas. Debido a que no tenían muchos suministros de cocina, necesitaban idear un alimento que pudiera elaborarse fácilmente y cocinado con fuego al aire libre. Los churros eran una solución lógica, ya que podían ser preparados fácilmente y cocinados con sólo una sartén y aceite. Los churros se llaman así por las ovejas churras, debido a que el postre asemejaba a los cuernos de dichas ovejas.

Preparando churros

Usando harina de trigo, los pastores enrollaban un tramo de masa y lo freían en una sartén sobre un fuego abierto. No era el postre en forma de estrella que ves hoy, era más parecido a un palillo de pan en forma y tamaño. Después de cocinarlo, los pastores lo comían tal cual, o lo pasaban por azúcar y canela.

Migración

Con la migración española al Caribe y a gran parte de América Latina, los churros abrieron su camino al Nuevo Mundo. A medida que los latinoamericanos migraron a los Estados Unidos, llevaron consigo este delicioso postre. Los churros se venden ahora en puestos callejeros, mercados, cafés y restaurantes. A pesar de que se extendieron a través del Atlántico, los churros no han perdido su popularidad en España: al día de hoy los churros son aún bastante recurridos como desayuno, bocadillo o postre.

Evolución

A medida que su popularidad creció fuera del ámbito de los pastores, la forma del churro comenzó a evolucionar. Usando una churrera o duya, una extrusora con punta de estrella, los cocineros de este postre elaboran ahora un tramo largo en forma de estrella, en lugar de la forma de palillo de pan tradicional. Adicional a esto, los churros ahora se sirven con todo tipo de rellenos: desde chocolate a jalea y natilla.

Detectando un buen churro

A pesar de ser sumergidos en aceite para freírlos, los churros jamás deben de ser grasosos. Deben estar crujientes y tener un agradable color dorado-marrón. También deben ser suaves por dentro. Este postre puede ser disfrutado a cualquier hora del día, siempre y cuando esté recién hecho.

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