Herraduras de caballo

A principios del siglo XXI, los herreros generalmente hacen herraduras de acero pero también las pueden hacer de plástico, caucho o aluminio. El herrero elige el material para la herradura de acuerdo con el trabajo que va a realizar el caballo. La herradura debe entrar en la pezuña de forma correcta para que el peso del caballo esté equilibrado y no ocurra una lesión. La herradura evita que la pezuña se desgaste debido a que deja de entrar en contacto con el piso.

Protección para las pezuñas

Los caballos salvajes siempre han sobrevivido sin herraduras. Cruzan distintos tipos de terreno y escapan de los predadores cuando es necesario. Sin embargo, los caballos salvajes no trabajan durante largos periodos de tiempo o durante distancias largas de la misma manera que han trabajado los caballos domésticos durante miles de años. Sus pezuñas no son tan delicadas por el uso. Cuando los caballos salvajes ya usaron o se lastimaron las pezuñas, escapar de los predadores se convierte en algo más complicado. Por lo tanto, el hombre comenzó a proteger las pezuñas de los caballos de manera que aumenten su productividad y su vida, en especial en ausencia de los veterinarios modernos.

Procesos de herraje

Un herrero une las herraduras en la parte inferior de la pezuña del caballo martillando los clavos a través de los orificios de la herradura directamente en la pezuña. Algunas otras se fijan con pegamento. El herrero debe preparar la pezuña antes de que la herradura se fije. Se recorta y se equilibra y después se elige la herradura correcta para que entre de forma correcta. De vez en cuando un caballo puede cojear después de haberle puesto la herradura debido a que los clavos tardan en ajustarse; esto se conoce como "picotazo de clavos". Al quitar la herradura el caballo se recupera por lo general de forma muy rápida.

Herraje antiguo

La evidencia arqueológica sugiere que los caballos fueron domesticados casi a principios del año 4000 A.C. La Biblia menciona a un herrero con el nombre de Tubal-Caín que data alrededor del año 3500 A.C. Sin embargo, no se puede comprobar que el herraje comenzó en esa época. Algunos historiadores creen que el herraje comenzó alrededor del año 500 A.C en la era Druida. Las druidas se acostumbraban en la manipulación del metal y eran gente inteligente y estudiosa. Sin embargo, no existe evidencia suficiente que las apoye como las inventoras de las herraduras y de los herrajes, en parte debido a su naturaleza muy secreta. El Corán en el año 610 D.C habla sobre la guerra de los caballos que crearon un incendio caminando sobre piedras; esto indica el uso de las herraduras. La incertidumbre rodea la invención de la herradura hasta el siglo ocho cuando el folclor cuenta sobre la inmersión del Carlos Magno. Se dice que rompió una herradura a la mitad con sus propias manos.

Herradura

Las herraduras fueron aceptadas como forma de pago en Inglaterra durante el siglo XII debido al alto valor del hierro. En ese tiempo se creía que las herraduras eran de suerte y que tenían la habilidad de ahuyentar a los demonios. Esta noción de la herradura de la suerte sigue en la actualidad. En los siglos XIII y XIV se comenzaron a producir en masa. Un tamaño particular se podría adquirir y se puede usar de forma inmediata en un caballo. En 1800 se inventó una máquina que moldea herraduras de forma más rápida lo que brinda una producción a gran escala de herraduras. Había una gran cantidad de herreros; estos hombres, con grandes habilidades en herraduras, podían vivir bien. Con el tiempo, el papel de los caballos comenzó a ser reemplazado por el uso de transportes de vapor y de gasolina.