Ideas divertidas para un monólogo

Los monólogos son una buena manera de entretener a tus invitados y hacerles sentir cómodos.

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Ofrecer un monólogo divertido es una buena forma de entretener a tus invitados en una fiesta porque requiere un poco de creatividad de tu parte y ayuda a los invitados a animarse y conocerse unos a otros. Cuando decidas sobre qué hablar durante tu monólogo, probablemente querrás alejarte de temas que sean sexistas, culturalmente ofensivos o irrespetuosos hacia la religión porque podrías ofender a alguno de tus invitados. Además, utiliza tus propias experiencias personales como inspiración para tu monólogo y no discutas demasiado sobre temas serios, como la política exterior o las próximas elecciones.

Años de universidad

Si vas a ofrecer una fiesta para tus antiguos compañeros de universidad, puedes pronunciar un monólogo sobre tu época en la universidad y lo que ganaste de estas experiencias. Por ejemplo, si te ofreciste voluntario como disc jockey en tu emisora de radio del campus, puedes hablar sobre la época en la que presentaste un programa de debate por la tarde y te diste cuenta de que no tenías preparadas tus notas para una entrevista con un músico local, así que tuviste que confiar en tu memoria e improvisación. Piensa en otras historias divertidas relacionadas con la universidad, quizás sobre tu fraternidad o hermandad, tus compañeros de habitación o tus profesores.

Aventuras en la paternidad

Como la paternidad tiene muchos momentos divertidos, puedes ofrecer un monólogo sobre tu vida como padre. Si tus hijas gemelas tienen gustos eclécticos por nada más que la comida india y caribeña para sus dulces 16 o la forma en decoraron sus habitaciones con posters de artistas de música clásica como Ella Fitzgerald o Dizzy Gillespie, en lugar de con los típicos artistas de pop como la mayoría de las adolescentes. Si tienes hijos pequeños, seguramente sería más fácil proponer una anécdota divertida sobre cambiar pañales, las primeras palabras tontas o algo embarazoso que el bebé hizo en público.

Tendencias de moda

Si tú y tus invitados se criaron en los años 80 y 90, por ejemplo, puedes discutir las tendencias de moda que te solían gustar durante esas décadas. Por ejemplo, puedes hablar sobre cómo tú y tus amigos estaban a favor de la ropa hip hop como las zapatillas Adidas, los gorros Kangol y las chaquetas Karl Kani. O puedes mencionar la época en la que tu peluquero te hacía un peinado que parecía una imitación pobre del aspecto de la firma de Madonna y los ostentabas con orgullo en tu baile de regreso al hogar. Casi cualquier década produjo ropa y peinados que de los que nos reímos ahora con facilidad.

Desastres en la cocina

Si vas a presentar una fiesta de cena o una comida de traje, puedes discutir algunos de tus desastres de cocina que ocurrieron con el paso de los años. Por ejemplo, puedes hablar sobre la primera feria de platos que hiciste en tu vecindario y el motivo por el cual casi quemas todos tus bizcochos. O puedes hablar sobre la época en la que intentaste freír pollo para tu familia pero los trozos estaban casi en su mayor parte rosas por dentro. Las historias sobre tu primera experiencia como servidor en un restaurante también podría ocasionar algunas risas.

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