Información sobre la diosa griega Eris

En la antigua Grecia, Eris era la diosa de la discordia y la contienda.

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Los antiguos griegos adoraban un panteón de dioses y diosas, en lo que fue un sistema religioso que dio lugar a una mitología rica y compleja. En la mitología griega, los dioses y las diosas interactuaban con los seres humanos y entre sí, por lo general tomando características humanas y mostrando comportamientos humanos, tales como la lujuria, el rencor y la mezquindad. Dentro de este panteón se encontraba la diosa Eris.

Mitología griega

La antigua religión griega era politeísta: se adoraba a muchos dioses en lugar de a un solo dios. En la mitología griega, los dioses representaban generalmente las diferentes formas de la naturaleza. Zeus, por ejemplo, era el más poderoso de los dioses griegos y era representado lanzando rayos desde la cima del Monte Olimpo, formando una clara correlación entre el poder de Zeus y el clima en la mente de los creyentes. A diferencia de las religiones posteriores, como el cristianismo, la religión griega antigua no tenía ningún texto sagrado o código de conducta para guiar el comportamiento, pero poseía en lugar de ello un cúmulo de numerosas historias y leyendas relacionadas con dioses, diosas, semidioses, criaturas míticas y seres humanos extraordinarios.

Diosa de la discordia

Eris fue una de las cuatro hijas de Zeus y Hera. Eris era conocida como la diosa de la disputa y de la discordia, y se asociaba a menudo con características como la rivalidad, los celos y la ira. En la mitología griega, Eris era impopular entre sus compañeros de dioses y diosas, y era rechazada con frecuencia por las deidades griegas. Normalmente, esto desataba la poderosa ira de Eris. En la mitología romana, Eris fue asociada con la diosa Discordia, que tenía características similares.

La boda de Tetis

El ejemplo más poderoso de la venganza de Eris se encuentra en el mito que habla de la boda de las deidades Peleo y Tetis. Debido a su naturaleza desagradable, Eris no fue invitada a la boda, pero ella se presentó de todos modos. Cuando se le negó la entrada, Eris estalló en furia y arrojó una manzana de oro a las diosas reunidas que contenía la siguiente inscripción: "Para la más bella". Esto dio lugar a que tres diosas intentaran reclamar la manzana, lo que constituyó un ejemplo de cómo sembraba la discordia Eris. Al final, ninguna de las diosas obtuvo la manzana de oro, ya que terminó en las manos de Paris, el hijo mortal del rey de Troya. París finalmente le dio la manzana a la diosa Afrodita a cambio de su promesa de entregarle a él la mujer más hermosa del mundo, Helena de Troya, lo que finalmente dio lugar a la Guerra de Troya.

Eris y la guerra

Eris fue identificada estrechamente con la diosa de la guerra Enio. En "La Ilíada", Homero utiliza los dos nombres indistintamente, aunque en otros mitos las dos eran descritas como dos entidades distintas. Eris fue representada a menudo como un daimon (o espíritu) de la lucha en tiempos de guerra, que acompañaba a su hermano Ares, el dios de la guerra, a la batalla. Los antiguos griegos creían que Eris perseguía los campos de batalla y que gozaba con la muerte y el sufrimiento humanos. Homero describe a Eris durante la guerra de Troya en un pasaje particularmente horrible en "La Ilíada", arrastrando un cadáver tomado de los pies a través de la carnicería del campo de batalla y con la ropa manchada de sangre.

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