Cómo iniciar un consultorio veterinario

Abrir tu propio consultorio es el gran sueño de todos los graduados de la escuela de veterinaria. Aunque la mayoría de los veterinarios comienzan su carrera trabajando en hospitales o clínicas privadas bajo el aprendizaje de otro profesional, llega el momento de ejercer por cuenta propia. En ese momento, la prioridad debe ser el aprendizaje de lo que implica abrir un consultorio exitoso.

No trates de abrir un consultorio hasta que tengas experiencia. Establecer tu propio lugar justo después de graduarte no es una decisión muy inteligente en cuanto a negocios. En su lugar, opta por trabajar con un veterinario con experiencia para que puedas aprender los entresijos del negocio.

Comienza con un plan de negocios. Abrir un consultorio veterinario requiere una gran inversión. Ya sea que eres capaz de poner el dinero por tu cuenta o necesitas un préstamo bancario, tiene sentido planificar las cosas en papel para que sepas exactamente con lo que estás tratando y cómo acercarte a ello.

Define qué tipo de consultorio abrirás. Un consultorio para animales grandes requerirá una estructura diferente al de uno que trate con animales exóticos. No sólo el equipamiento será diferente, sino que también impactará en el tamaño del consultorio, la sala de operaciones y hasta la sala de espera.

Decídete por adelantado acerca de los servicios adicionales que ofrecerás. Por ejemplo, muchos consultorios también ofrecen servicios de aseo, farmacia o venden una variedad de productos para mascotas. Si incluyes cualquiera de estos servicios adicionales, decide si vas a subcontratar a otras empresas o comprarás y luego revenderás.

Investiga el tipo de tecnología e instrumentación que necesitarás. Esto depende principalmente de tu ubicación y de tu presupuesto. Si te encuentras cerca de un hospital para animales grande, puede tener sentido que refieras las tomografías y radiografías a ellos, mientras tu estás a cargo de la atención básica. Sin embargo, algunas tecnologías como los monitores de oxígeno y del corazón, son esenciales para cualquier práctica veterinaria.

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