Cómo lavar las suelas de tus sandalias

Llevar sandalias es una señal segura de clima caluroso. Desafortunadamente, con las sandalias llega el inevitable olor que causa la bacteria del pie desnudo. Dependiendo del tipo de material del de estén hechas las sandalias, hay varias formas de lavarlas para minimizar la bacteria y los olores que se acumulan con el paso del tiempo. Aprende cómo lavar las suelas de las sandalias para mantenerlas con un aroma fresco y limpio.

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Coloca las sandalias hechas de materiales sintéticos, como plástico o goma, en una cubeta con agua y jabón lavavajillas. Déjalas en remojo durante 24 horas. Sácalas y frota bien las suelas con un cepillo de dientes o con un trapo. Enjuaga las sandalias con agua limpia y déjalas secar completamente.

Lava las sandalias hechas de cuero con agua fría en un ciclo suave de la lavadora. Utiliza una pequeña cantidad de detergente y luego deja que se sequen completamente. Este método será efectivo para muchos tipos de sandalias de cuero. La clave para lavar el cuero es asegurarte de que lavas uniformemente toda la superficie en el agua para que no queden manchas desiguales después de que la sandalia se seque.

Frota la superficie de las suelas de cuero con limpiador para cuero si no quieres introducirlas en la lavadora. El limpiador está diseñado para limpiar superficies de piel sin agua y puede restaurarlas y quitarles la suciedad. Para finalizar, remueve el jabón con un trapo limpio.

Restrega la suela de cuero, plástico o goma de las sandalias con un cepillo de dientes humedecido en agua y rociado con bicarbonato de sodio. La abrasividad del bicarbonato de sodio debería limpiar eficazmente las superficies sucias y también ayudar a minimizar las bacterias y los malos olores. Enjuaga las sandalias con agua limpia y deja que se sequen completamente.

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