¿Les gusta el sol a las plantas vinca?

Vinca rosácea

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La vinca es una planta colorida, de la especie de las Apocináceas, de follaje verde oscuro y flores simples de colores alegres. Sus hojas son brillantes y de forma lanceolada. Oriunda del norte de América, en la actualidad se cultiva en todas las regiones de clima tropical y cálido. Su alto contenido en alcalinos, sustancia muy utilizada en la fabricación de medicamentos, la convierte tanto en una planta ornamental como en una especie muy solicitada por los laboratorios farmacéuticos.

La planta vinca y el sol

La vinca es amiga del sol. La luz de sol directa es óptima para esta planta, aunque en algún momento del verano también puede ser recomendable moverla a lugares de semisombra, así como pulverizar con agua sus hojas.Si se la instala en el interior del hogar, lo mejor es ubicarla cerca de alguna ventana, para que reciba la mayor luz posible. La falta de luz directa puede hacerla crecer excesivamente en altura, y su floración se volverá escasa y deslucida.

La vinca y el agua

Según la estación del año, la vinca requiere un mayor o menor aporte de líquido. Lo ideal es regular la periodicidad de riego en función del tiempo que el suelo demore en absorber el agua. En general, en verano necesita ser regada diariamente, mientras que en invierno será suficiente regarla una vez por semana. En caso de que la sequedad del ambiente en época estival resulte excesiva, habrá que pulverizar su follaje, evitando en lo posible mojar sus flores.

El riesgo de plagas y enfermedades

Es importante atender a la salud de la planta vinca, ya que algunas plagas e insectos comunes pueden atacarla, como el thrips, las orugas y sobre todo el pulgón. En estos casos, se recomienda tratar con insecticidas. Normalmente, la vinca es una especie saludable, y las enfermedades que pueden afectarla son escasas. Las más frecuentes son el oidio, en cuyo caso se recomienda utilizar algún fungicida antioidio como el azufre, o la rhizoctonia, que se trata desinfectando o sustituyendo la tierra.

Reproducción por semillas

A pesar de que la multiplicación por esquejes es posible, especialmente en primavera, lo más aconsejable es optar por la reproducción por semillas, que pueden extraerse directamente de los frutos. Lo conveniente no es cultivarlas directamente en la tierra, sino en semilleros, secciones de terreno húmedo con surcos donde se plantan las semillas. Para que éstas germinen, hay que regar diariamente, y retirar las malas hierbas que puedan salir. Pasados unos diez días, o cuando las plantas lleguen a unos 15 cm de altura hay que trasplantarla al suelo definitivo. La época de plantación va desde finales del otoño hasta la primavera, aunque el mejor momento es al comenzar el invierno.

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