Step 1

Tienes que darte cuenta de que no todo es tu culpa. La fuente de la culpa descansa en la mentalidad y el maquillaje personal de la persona que realiza la culpa, no en los méritos de tus acciones. A veces esto es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente si la persona que te culpa por todo es alguien a quien respetas. Recuerda, sin embargo, que no todo es sobre ti, se trata de la persona que coloca la culpa incesante.

Step 2

Establece expectativas realistas. El reparto del tratamiento justo e igual no es la norma con la gente que te culpa por todo. Otros pueden no hacer el trabajo tan bien como tú, sin embargo parecen evitar el escrutinio. Lo más probable es que no vayas a remediar esto simplemente haciendo algo mejor. Nuevamente, el problema es con él, no contigo. Cuanto más pronto te des cuenta de esto, más rápido aprenderás a desestimar la culpa hiriente.

Step 3

Mantén al mínimo el contacto con la persona o personas que te culpan. Las posibilidades están, es imposible dejar de verlas completamente, si se trata de un compañero de trabajo o un familiar, pero córrete de la línea de fuego lo máximo posible. Si debes estar en contacto con la persona después de completar una tarea, como en el caso de un ex, haz un compromiso para evitar la participación de la persona cuando es inevitable que te culpe.

Step 4

Rodéate de buena gente. Si el contacto con quienes te culpan es, para ti, inevitable, busca consuelo con gente positiva que te haga sentir bien y te de consejos saludables. Esto funciona mejor que buscar pasatiempos solitarios como leer o caminar. Aunque no son inherentemente malos, nada es mejor como contrarrestar el impacto mental negativo de ser culpado que el aliento constante.