Step 1

Algo que necesitarás para reconocer a alguien incapaz de amar es tener un poco de experiencia. Alguien inexperto que se enamora por primera vez es fácil que se ofusque y no sea capaz de percibir la realidad. Si no sabes lo que buscas, no sabrás reconocerlo cuando lo veas. Una persona que no sabe amar puede ser encantadora, hermosa e, incluso, generosa. Pero vamos a diseccionar esas cualidades para que veas lo que realmente significan en semejante persona. Alguien que se muestra encantador quiere gustarte; pero no lo hace por ti. Una persona hermosa lo es, o bien simplemente por suerte, o bien porque emplea mucho tiempo para cuidarse y tener un buen aspecto. Una vez más, no lo hace por ti. La gente que es generosa lo es por una serie de motivos. Es posible que den porque realmente se preocupan por los demás; sin embargo, a veces el motivo es que simplemente desean sentirse bien consigo mismos.

Step 2

Se dice que los narcisistas no pueden amar a los demás porque están demasiado enamorados de sí mismos. En realidad, esto no es cierto. Los narcisistas no se aman a sí mismos. La verdad es que se odian, pero también tienen unos egos enormes que están dañados. Estas personas requieren del amor de los demás para alimentarse de él y así tolerarse a sí mismos. Los narcisistas tienen un trastorno de la personalidad que no les permite ser sinceros consigo mismos. Si lo fueran, se dirían algo así: "Me odio. No sé amar de una forma seria a nadie que no sea yo mismo, porque mis emociones son infantiles. Me siento como un niño sensible y el centro debo ser yo, yo y yo; y lo sé, y no me gusta. Así que siempre estoy enojado con los que me rodean, porque me odio a mí mismo por ser así. Además, soy una persona brillante y superior, tengo talento, soy inteligente y fabuloso. Por lo tanto, merezco tener gente maravillosa y bella a mi alrededor, y todos deberían adorarme. Pero si lo hacen, me enojaré con ellos ya que nunca será suficiente, porque cada una de las personas que me rodea es un mero reflejo de mí mismo".

Step 3

Los narcisistas realmente no te ven por lo que eres. Esto no quiere decir que no te entiendan; es solo que, aunque te entiendan, no les importas. Esto ocurre porque, para un narcisista, tú estás ahí para él. Sí, estás ahí para él y, además, eres un reflejo suyo. Como el narcisista se odia a sí mismo (demasiado gordo, demasiado delgado, demasiado pobre, demasiado verrugoso, demasiado arrugado, de orígenes demasiado pobres, con un padre demasiado grosero, o lo que sea), quiere que tú seas mejor que él. Pero si lo eres, te juzgará por el hecho de que él te gusta. Es como el chiste que contaba el viejo Groucho Marx: "Yo nunca pertenecería a un club que me admitiera como socio". Si crees que él es lo bastante bueno para ti, entonces el narcisista pensará que tú no eres lo bastante bueno para él.

Step 4

Cuando tengas una cita con un narcisista, es posible que se muestre muy encantador, y ahí estará la trampa. Dependerá realmente de ti eludirla, porque el narcisista no puede evitar ser así. Se trata de un trastorno de la personalidad que no tiene cura ni tratamiento. Si te encuentras con una araña y te muerde, no puedes culparla a ella; eres tú quien tiene que intentar evitarla por todos los medios. Es extremadamente difícil eludir el encanto de un narcisista, porque ahí reside su único gran talento. Al principio de una relación, pocas personas son tan convincentes como un narcisista. Parecerá como si todos tus sueños se hicieran realidad. Mira más allá de ese encanto. ¿Cuántas veces ha estado casado el narcisista? ¿Cuántos corazones ha roto esta persona en el pasado? ¿Cuáles han sido los motivos de sus rupturas? Haz estas preguntas con mucha atención y presta aún más atención a las respuestas.

Step 5

Al final, solo tú podrás protegerte a ti mismo de la trampa que te tiende un narcisista. Simplemente recuerda que, una vez que comienzas una relación con alguien así, no saldrás de ella a menos que él se canse de ti. Dado que para el narcisista realmente no existes como ser humano, no significará nada para él dejarte caer como si fueras una piedra, sin mirar atrás ni una sola vez. Nada hará volver a esa persona: ni vínculos, ni dinero, ni hijos, ni historias, ni, mucho menos, súplicas o lamentos. Solo te verá con desprecio y fastidio. Serás menos que nada para el narcisista y correrás el riesgo de convertirte en menos que nada también para ti mismo.