Malcriar a un adolescente

Un adolescente malcriado carece de auto-control.

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Los padres a menudo tienen dificultades para encontrar un equilibrio entre apoyar a sus hijos adolescentes y malcriarlos. Los adolescentes están en el proceso de maduración y están aprendiendo a tomar buenas decisiones, pero los padres pueden interrumpir el progreso cuando malcrían a sus hijos o se niegan a cumplir con la responsabilidad. Ayudar a un adolescente a desarrollar habilidades saludables, que le servirán en la edad adulta, requiere disciplina y amor.

Consentir en exceso

Un adolescente malcriado es generalmente uno que ha sido consentido en exceso la mayor parte de su vida. Los padres pueden ceder ante cada pedido, mostrar su favoritismo sobre los hermanos, reforzar la idea de que él es siempre el número uno y dejarlo salirse con la suya cuando realmente necesita parámetros más estrictos, dice el psicólogo Carl Pickhardt en el sitio web de Psychology Today. Para algunos padres, consentir demás a sus hijos, les trae felicidad y se olvidan de lo que es realmente mejor para ellos. Un adolescente malcriado no está acostumbrado a escuchar la palabra "no" y le da un ataque cuando las cosas no se hacen a su manera.

Materialismo

Los adolescentes malcriados son a menudo egoístas, y tienen una relación con sus padres basada en el materialismo. Cuando una relación padre-adolescente se basa en los bienes materiales, el adolescente no tiene la oportunidad de experimentar el amor incondicional, de acuerdo Phil McGraw de la TV, en DrPhil.com. Los padres malcrían a su hijo adolescente dándole siempre más de lo que necesita y comprándole premios que no merece. Los adolescentes necesitan aprender que la ganancia material es a menudo el resultado de un trabajo duro, de esfuerzo y de los logros educativos.

Falta de reciprocidad

Malcriar a un adolescente comienza con la falta de reciprocidad. Los adolescentes aprenden a tomar, pero que no saben cómo dar. Un adolescente podría negarse a hacer las tareas del hogar, conducir el automóvil sin permiso o utilizar los recursos de la familia, sin pensarlo dos veces. Los padres pueden ayudar a resolver este problema pidiendo algo a cambio. Por ejemplo, un padre puede decir: "Puedes usar el automóvil esta noche, si te paras a comprar leche en tu camino a casa." No permitas que tu hijo use la excusa "lo haré después". Las promesas de un adolescente malcriado son dinero falso, dice Pickhardt. Insistir en consigue algo que necesitas refuerza una relación de reciprocidad mutua entre un padre y un hijo.

Pereza

Los adolescentes malcriados suelen ser perezosos y siempre quieren algo a cambio de nada. "La diferencia entre ganadores y perdedores es que los ganadores hacen cosas que los perdedores no quieren hacer", dice McGraw en su sitio web. La mala crianza sucede cuando un padre no ayuda a un adolescente a establecer metas y expectativas razonables. No está mal para un adolescente jugar a los videojuegos, tomar una siesta, ver la televisión, mandarse mensajes con los amigos y navegar por Internet, pero ese tipo de actividades de entretenimiento debe ser equilibrada con objetivos más productivos. Los deberes, las tareas domésticas, trabajar en el jardín y las responsabilidades familiares requieren tiempo y atención suficientes.

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