Cómo deshidratar la berejena

La berenjena es una de esas plantas de verano cuya conserva se dificulta una vez que el tiempo de cosecha ha terminado. Estos vegetales tienden a ablandarse si se enlatan y, a menos que se cocinen en pucheros; tampoco se congelan bien. Sin embargo la berenjena se deshidrata perfectamente y una vez que se termina el proceso puede guardarse por todo un año.

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Lava la berenjena con agua corriente y quita lo sucio o deshecho del vegetal.

Corta el tallo de la berenjena con un cuchillo filoso y si lo prefieres pélala. Corta rebanadas de 1/4 de pulgada.

Llena la olla con agua a la mitad y hiérvela.

Mete las rebadanas de berenjena en el agua y hiérvelas por cuatro minutos.

Vacía las rebanadas en una coladera y sumérgelas en agua helada para detener el proceso de cocción.

Coloca las rebanadas una a una sobre las charolas del deshidratador.

De acuerdo a las instrucciones de uso, deshidrata de 12 a 14 horas o hasta que tus rebanadas se vean correosas y frágiles.

Guarda las rebanadas en bolsas con cierre hermético y en un lugar fresco y seco hasta que las necesites.

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