Cómo hacer miel cremada

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La miel cremada, con su textura suave y fácil de untar, sabe deliciosa sobre una rodaja de pan de avena o con una taza de té caliente. Preparar tu propia miel cremada requiere paciencia y práctica. La miel se cristaliza naturalmente con el paso del tiempo, pero puede endurecerse y formar cristales grandes que no son tan deliciosos ni fáciles de untar como la miel cremada. La textura cremosa de este tipo de miel proviene de un proceso de cristalización asistida mediante el agregado de una miel "precursora" que ya tiene la textura cremosa en un proceso denominado "germinación".

Step 1

Vierte el galón de miel en la cacerola grande y calienta a fuego medio.

Step 2

Calienta la miel hasta una temperatura de 140 grados Fahrenheit. Usa el termómetro de caramelo para medir la temperatura de la miel. Esto se hace para quitar los cristales que ya se le puedan haber formado.

Step 3

Retira la miel del fuego una vez que alcance la temperatura de 140 grados. Déjala aparte para que se enfríe hasta que llegue a los 90 ó 95 grados.

Step 4

Usa la espátula para quitar la espuma o las burbujas que se formen en la superficie de la miel a medida que se enfría.

Step 5

Añade el contenido del frasco de miel cremada a la cacerola llena de miel cuando ésta haya llegado a los 90 grados. Con la espátula, mezcla bien los dos tipos de miel. Es importante para el proceso de cristalización que los dos tipos de miel estén combinados de una manera uniforme.

Step 6

Cubre la mezcla de miel y déjala reposar durante 12 horas. Quita la tapa de la cacerola y retira con la espátula las burbujas de aire que hayan llegado hasta la parte superior de la mezcla.

Step 7

Vierte la mezcla de miel en el frasco de un galón. Enfría esta mezcla hasta los 57 grados y consérvala a esa temperatura durante 5 a 7 días.

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