Oídio

Existe una gran variedad de patógenos fúngicos que hace que aparezca el oídio en las dalias. Las enfermedades relacionadas con los hongos como el oídio no siempre son fatales para las plantas pero pueden serlo si no se las trata. Esta enfermedad comienza como pequeños puntos blancos en las hojas de la dalia; a medida que progresa, las hojas se cubren con una pelusa blanca y gradualmente se acurrucan, tomando un color amarillo y muriendo de forma prematura. Los problemas de moho sin tratar se esparcen por todo el jardín.

Detección temprana

Capturar el oídio antes de que progrese demasiado es crucial para el tratamiento exitoso de la enfermedad. Evita gastos generales en riego cuando riegues las dalias, ya que el exceso de humedad en las hojas ofrece un lugar para que crezca el moho. Revisa regularmente las hojas para ver si hay presencia de puntos de esporas de hongos. Si los notas, es posible tratar la dalia con un fungicida que controle la diseminación de la enfermedad. Los fungicidas que contienen propiconazol ayudan a frenar que se disemine el oídio; la Clemson Cooperative Extension recomienda rotar los químicos y rociarlos de forma regular.

Controlar el oídio

Si el oídio se diseminó hasta cubrir las hojas de una dalia, aún puedes salvar la planta de un fallecimiento temprano. Quita con los dedos las hojas infectadas y quítalas del jardín para evitar que las esporas de hongos se diseminen. Levanta cualquier hoja o flor caída alrededor de la planta de la dalia. La materia orgánica caída a menudo actúa como huésped para las esporas remanentes. Poda cualquier parte de la dalia que muestre signos de muerte regresiva para evitar que alojen la enfermedad durante el invierno.

Cuidado preventivo

Prevenir el regreso del oídio que ataca a las dalias en la estación de cultivo siguiente es importante para la salud de las flores. Cada primavera, comienza un régimen de rocío fungicida regular. Como la detección temprana y el control del oídio, rota los químicos utilizados para prevenir cepas resistentes de oídio hagan raíces en la planta de la dalia. Mantén la tierra de cultivo de la dalia limpia y evita regarla y fertilizarla demasiado, ya que el exceso de humedad y el nitrógeno alimentan a los patógenos de los hongos.