Cómo restaurar un suelo de ladrillo

Los selladores de ladrillo tienen pros y contras y deberían ser considerados con cuidado.

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El ladrillo es un material de construcción clásico y le brinda calidez a una casa. Sin embargo, aunque los ladrillos son duraderos, también tienen superficies porosas que pueden adquirir suciedad y mugre con el paso de los años. Restaurar tu suelo de ladrillo puede requerir algo de determinación, pero con las técnicas adecuadas puedes quitar pintura, limpiar manchas asentadas e incluso reparar el revoque para devolver la vida a tus suelos. El proceso de restauración puede llevar semanas o más, dependiendo de cuánto trabajo necesite tu suelo en particular.

Step 1

Saca todo de la habitación y del ladrillo. Coloca cubierta de plástico sobre cualquier zona que contacte con tu suelo de ladrillo para proteger las paredes y los suelos cercanos del daño del agua.

Step 2

Aplica un producto decapante según las instrucciones del fabricante, para eliminar cualquier pintura. Un producto decapante de pintura en pasta o gel va bien. Quizás tengas que aplicarlo más de una vez.

Step 3

Busca cualquier daño al ladrillo. El que está muy mal puede no ser reparable, pero no hay forma de asegurarse hasta que quites la pintura. Si hay picaduras o astillamiento en exceso (pelado, pompas o desconchado de la superficie debido al daño por agua), puedes simplemente volver a pintar el ladrillo.

Step 4

Limpia el suelo usando un cepillo para frotar de nailon con cerdas rígidas, agua y un desengrasante. Aplica este último con una esponja limpiadora, dale 15 minutos para remojarse y después frota la superficie. Enjuaga con frecuencia y seca con una toalla vieja. No te preocupes si al frotar quitas algo del revoque, dado que puede reemplazarse.

Step 5

Retira cualquier superficie de revoque agrietada o que se desmorone para llegar al que hay debajo, sin dañar. No tiene que estar limpio, ya que pondrás revoque fresco sobre él, pero debe mantenerse lo bastante bien para adherirse al nuevo. Usa un cincel que encaje fácilmente en las juntas de mampostería y haz cuña con un martillo. Crea un corte en el centro de la junta. Rompe el revoque y cincélalo.

Step 6

Usa una escoba o cepillo pequeño para limpiar el polvo de las juntas. Mezcla el nuevo revoque según las directrices del fabricante y deja que descanse durante 10 minutos. Revuelve antes de usarlo. Debe ser lo bastante espeso para adherirse a una paleta incluso si está del revés.

Step 7

Carga tu paleta con revoque, acércala a una junta y después usa la pala de afilar para raspar el compuesto en el hueco. Para juntas más profundas (mayores de 3/4 de pulgada o 1,8 cm), rellena el hueco con una capa y deja que se endurezca hasta que apenas puedas presionarlo. Deja una muesca para rellenar después con una segunda capa para poner el revoque al nivel correcto.

Step 8

Reemplaza los ladrillos que falten con unos nuevos. Encaja los nuevos en los huecos y aplica el compuesto de revoque alrededor, con cuidado de no dejar manchas sobre el ladrillo.

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