Moví mi planta de lugar y ahora está muriendo

Trasplantar cuidadosamente reduce el riesgo de conmoción de trasplante.

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Trasplantar flores, verduras, arbustos y árboles jóvenes es necesario cuando una planta ha crecido más que su contenedor o cuando decides cambiar el diseño de tu jardín. Sin embargo, al hacerlo la planta se estresa, lo que puede hacer que luzca enferma o que muera. A esto se lo llama conmoción de trasplante. El buen cuidado éstas durante y después del proceso de trasplante aumenta las posibilidades de que tu planta sobreviva.

Lo Escencial

El día antes de extraer la planta riega la tierra para humedecerla.

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Trasplantar estresa a las plantas porque se las pone en un nuevo medio ambiente, que puede ser completamente diferente. Por ejemplo, al pasar una planta de un invernadero al aire libre, ésta experimenta grandes cambios en la temperatura y la humedad. Además, a menudo pierden muchas partes de sus raíces al ser trasplantadas, lo que disminuye su habilidad de absorber la humedad del suelo. Por último, muchas experimentan estrés o conmoción luego de haber sido trasplantadas porque han sido plantadas demasiado profundo, superficialmente o en condiciones a las que no se pueden adaptar.

Factores de riesgo

El terreno que recibirá la planta debe ser cuidadosamente preparado: debes remover la tierra y abonarla.

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Algunas plantas son más propensas a poder ser trasplantadas que otras. Por ejemplo, las jóvenes aguantan mejor el trasplante que las más viejas. Las plantas que ya están enfermas o débiles son más propensas a debilitarse o morir después de ser trasplantadas. Las que tienen raíces poco profundas suelen trasplantarse mejor que aquellas que las tienen profundas, y las de hoja caduca por lo general crecen más que las plantas de hoja perenne. Además, las que tienen más probabilidades de sobrevivir a un trasplante son si adecuadas para su nueva ubicación.

Síntomas

Tras el trasplante es indispensable regar en abundancia.

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Los síntomas de estrés del trasplante incluyen la quemadura de la hoja, que se manifiesta como una coloración amarillenta o marrón, también hojas marchitas o dobladas. Las perennes puntiagudas de algunos árboles, después de un trasplante pueden tomar un color gris verdoso y eventualmente volverse marrón. Las plantas trasplantadas suelen crecer más lentamente por uno o dos años, especialmente las leñosas y los arbustos grandes.

Cuidados posteriores al trasplante

Poda parte de la copa para evitar que una excesiva transpiración marchite a la planta.

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El buen cuidado de tus plantas después del trasplante les reduce la duración del estrés de trasplante y aumenta las posibilidades de que se recuperen. Riégala a fondo después de trasplantar y supervisa el suelo durante varias semanas después del trasplante, hazlo lo necesario si la lluvia no es suficiente. Además, coloca una capa de 3 a 4 pulgadas (7 a 10 cm) de mantillo orgánico alrededor de la planta, dejando unas pulgadas (centímetros) entre el tallo o tronco y el mantillo. El mantillo protege el suelo contra la pérdida de agua, los cambios de temperatura y la erosión. Por último, ponle una estaca a los árboles o arbustos si necesitan ayuda.

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